Matilda, guerrero del espacio (capitulo 31)
Fecha: 09/07/2020,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... un murmullo captó su atención. Levantó la vista y vio como la reverenda madre y una docena de sacerdotisas de máximo nivel, vestidas con arnés y armas, entre las que estaban sus dos doncellas, llegaba ante ella. Matilda la abrazó y luego la superiora la acaricio la mejilla.
—Recuerda que el traidor es especialmente peligroso, —dijo la reverenda madre sujetándola las mejillas con las manos—. Mucho más con lo que ya sabes. Recuerda lo que te enseñe…
—¡Un momento, reverenda madre! —cortó la voz de Ushlas, que acababa de llegar junto con la Princesa Súm y Neerlhix—. ¿A qué se refiere?
—Mi amor, por favor, no es el momento…
—No Matilda, tiene derecho a saberlo, sobre todo ella, —intervino la superiora—. Cuando el traidor nos abandonó y se unió al anterior emperador, no solo se llevó su espada, Dalanar, También robó la armadura de los ancestros que teníamos en el monasterio. Eso lo hace prácticamente inexpugnable.
—Entonces no es factible que te enfrentes a él, —la Princesa estaba muy preocupada con la noticia.
—Con la artillería de los acorazados, podemos demoler este palacio y no dejar piedra sobre piedra, —exclamó vehementemente Ushlas y Neerlhix la apoyó.
—Si alguien puede derrotar a Zannar es Matilda, —anunció la reverenda madre—. Durante su último año en Konark, y por indicación del conde Nirlon, y su padre, Nirador, la entrenamos en técnicas para contrarrestar la armadura.
—Además, hay un problema, —intervino finalmente Matilda abrazando a ...
... Ushlas—. Ese hijo de puta es mío y lo voy a matar, —y mirando a la Princesa, añadió—. No intervengas… a no ser que me mate, entonces haz lo que quieras.
Ramírez y Johari se acercaron a ella para recibir instrucciones, junto a las sacerdotisas.
—¿Cómo quieres hacerlo, mi señora? —preguntó Ramírez.
—Sabes que a base de cojones, no queda otra. El emperador es un jodido exhibicionista y querrá hacerlo en el salón del trono. No nos pondrá fácil el llegar allí. Johari, tú por arriba, por las plantas superiores se accede también al trono, y llévate a cuatro hermanas. No te preocupes de ellas, saben muy bien lo que tienen que hacer. Ramírez, tu conmigo por abajo, —y dirigiéndose a las sacerdotisas, añadió—. Vosotras ya sabéis lo que tenéis que hacer.
Los regimientos se pusieron en posición detrás de los carros de combate y se inició el ataque. Los vehículos acorazados de la 29.º atravesaron la plaza recibiendo fuego intenso desde las ventanas y los parapetos que rodeaban el palacio. Por la zona derecha de la plaza, Matilda y Ramírez, avanzaban protegidos por uno de los carros de combate, hasta llegar a escasos diez metros del parapeto. Saliendo de su protección, asaltaron el parapeto mientras en el lado izquierdo, Johari ya combatía dentro de él. Entraron en el interior del palacio, y cada sala, cada pasillo, se convirtió en una batalla. Los soldados se abrían paso seguidos por Matilda, y esta, a su vez, seguida por la reverenda madre protegida en todo momento por las ...