41.3 Principio de acuerdo
Fecha: 30/06/2020,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
Ronroneo como un gato apretando mi cara en su pecho. Nos alumbra la luz del baño que no hemos apagado y la tenue que entra por el gran ventanal ovalado.
-¿Puedo pedirte una cosa? -su boca susurra las palabras en mi oído.
-Soy todo tuyo Gonzalo puedas pedirme lo que quieras, deseo que me tengas confianza y te sientas en la libertad para tomar lo que te he ofrecido con sinceridad.
-Quiero que volvamos a hacer el amor. –su lengua recorre toda mi oreja mientras habla. Mi reacción es apretarme más contra él.
-Gonzalo quiero volver a amarte esta noche, tenerte dentro de mí, que me folles cuando y cuanto quieras. –a veces me desequilibra y no sé lo que pensar, puede coger lo que quiera y sin embargo pide permiso como si temiera que me fuera a negar.
Abrazo su cuello con pasión y sollozo cuando comienza a mover sus caderas, en un delicioso vaivén constante y firme que me marea en oleadas de placer. Busco sus labios para fundirnos en un beso loco de deseo y amor, hasta derramar mi semilla en un orgasmo que me obliga a apretar su verga en mi ano. Mi semen empapa nuestros cuerpos y escucho su risa nerviosa, le abrazo para retenerle.
Busca su placer entrando y saliendo de mi culo, su palpitante y candente miembro, me llena y grita ahogado cuando termina por correrse e inundarme con su esperma.
Esperamos un momento para recuperar las fuerzas antes de empezar a besarnos de nuevo con las respiraciones entrecortadas y silbantes.
En la ducha continuamos besándonos, son ...
... besos suaves y llenos de ternura ahora, abrazados debajo del agua cálida que cae del techo, mirando nuestras figuras entrelazados formando solamente una en el espejo y practicándonos caricias sin parar el uno al otro.
Enlazo mis piernas en su cintura y chupo sus labios.
-Mi vida, amor mío, te amo. –me ato a él con mis brazos y mis piernas en un reconfortante abrazo y nuestras caricias no cesan a pesar del extremo cansancio.
Terminamos de ducharnos y me lleva a la cama de nuevo, descansamos tendidos el uno al lado del otro y volvemos a besarnos, no me canso de saborear sus labios, de recorrer nuestros cuerpos y recuperar los momentos perdidos del pasado.
Juegan nuestras entrelazadas lenguas rozándose tímidas, a veces buscando nuevos contactos, y otras envalentonadas exploran profundidades ignotas, rincones desconocidos hasta ahora.
-Mi bebé querido, eres lo que más amo en este mundo, el tesoro que un día perdí como un tonto. –consigue que algunas lágrimas broten de mis ojos envuelto tiernamente en sus brazos, tan fuertes, tan delgados.
-Necesito que te cuides para que podamos estar toda la vida juntos como ahora, si me faltaras me moriría Gonzalo, que te he probado y no podré vivir sin ti desde este momento.
Me vuelve a abrazar, ahora dándole la espalda y se pega a mí transmitiendo su seguridad y fortaleza a mi alma. Vuelven mis sentimientos que creía olvidados, cuando era niño y dependía tanto de él, de su ayuda y su presencia a mi lado, siempre como una ...