1. Alex, 18 años, casi Alexia de tan lindo (10)


    Fecha: 06/06/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... sentía. De pronto entreabrió ambos cachetes y fijó su vista en el orificio anal, minúsculo y rosadito. Aplicó allí un poco de crema y sin más apoyó la punta de su dedo índice de la mano izquierda en la entradita. El chico se percató, aterrorizado, de la intención de la matrona y corcoveó para evitar la penetración. Ligia sabía que no podía usar la vara y entonces apeló a una maniobra de persuasión:
    
    -Calmate, lindo, es apenas un dedo… Pensá que esos tres viejos te van a meter algo mucho más grande y yo lo que quiero es que de alguna manera vayas sabiendo lo que es ser penetrado y te vayas acostumbrando…
    
    -Es que no me gusta… ¡no me gusta! –gimoteó el jovencito.
    
    -¿Alguna vez te metieron algo en este lindo culito? –preguntó la mujerona manteniendo la punta de su dedo en la entrada del orificio anal.
    
    -¡Noooo!...
    
    -Entonces, ¿cómo sabés que no te va a gustar?
    
    -Por favor, señora… por favor… -suplicó Diego sintiendo la impotencia de no poder explicar su negativa, aunque por fin dijo:
    
    -Es que a los varones no… no se les mete cosas en la cola…
    
    -Hay muchos varones a los que les meten cosas en la cola… ¡y les encanta! –retrucó Ligia.
    
    -Sí, pero ésos son putos…
    
    -Bueno, a lo mejor a vos te termina gustando, no podés saber antes de probar.
    
    -¡Noooo! ¡no quiero ser puto! –gritó el jovencito mientras la matrona disfrutaba cada vez más de esta nueva forma de imponerse a la víctima de turno. Siempre había empleado el rigor de la vara y del cinto, pero sentía que ...
    ... no estaba nada mal esto de ir imponiéndose sicológicamente a su presa.
    
    -Tenés que entender una cosa, precioso: acá no importa lo que vos quieras o no quieras. Metete esto en tu cabecita.
    
    -No puede tratarme así… -insistió Diego movido por la angustia.
    
    -Lección número dos. Podemos tratarte como se nos dé la gana. –le contestó Ligia al par que le acariciaba la cara con fingida ternura y el chico cedía a ese sentimiento mentiroso que era como un oasis en medio de su desesperación. –Y depende vos cómo te tratemos, bien si te portás bien, mal si te portás mal. Ligia siguió acariciándolo un poco más, hasta que le dijo: -Muy bien, nene lindo, ahora vas a ser buenito con mami, ¿cierto? Para que mami te trate bien.
    
    El chico no contestó, pero apenas se movió cuando Ligia le fue metiendo el dedo despacio, muy despacio. Era tanto su sentirse desvalido, indefenso, que esa mínima muestra de ternura por parte de la mujerona, aunque ignoraba que era fingida, lo había aflojado.
    
    El dedo ya estaba introducido hasta el nudillo y Ligia sonreía, complacida de esa primera victoria.
    
    Paseó su otra mano lentamente por las nalguitas, se inclinó hasta rozar con sus labios la nuca del chico y le murmuró:
    
    -¿Ves que no es tan terrible, precioso?... Contale a mami qué sentís… -dijo Ligia mientras movía su dedo en redondo dentro del tierno culito que estaba estrenando.
    
    Diego se sentía conmocionado y con una profunda vergüenza debió admitir que estaba experimentando placer, un placer ...
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