Historia del chip 024 - A flor de piel - Kim 010
Fecha: 25/06/2017,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
Caminar le sentó bien. Le encantaban las miradas de los transeúntes ante sus piernas expuestas. Mientras que en el resto del cuerpo le seguía afectando, agradecía el frescor en las piernas. La chica del centro de estética era nueva o no había coincidido con ella. Así que Kim casi se sonrojó cuando le explicó lo que quería.
La chica se mantuvo amable e imperturbable y como haciendo una confidencia le dijo: “No creas, muchas chicas piden algo así.”
Las siguientes dos horas su piel recibió todo tipo de tratamientos pensados para que las manos de su amante disfrutasen al máximo de la piel suave, mientras que ella, en una especie de equilibrio universal, tuvo que sufrir de lo lindo, usando, además, el kleenex varias veces para limpiar el líquido que manaba intermitentemente de su cavidad vaginal. Aprovechaba cuando se quedaba sola. Al final la esteticien se dio cuenta y empezó a limpiarla ella misma. Repleta de humillación y encharcada, Kim quería cerrar las piernas, vestirse y escaparse de allí.
La vuelta fue completamente diferente. Hacía bastante más frío y se sentía mucho más desnuda. El vestido de algodón era agradable. Al menos no repudiaba su tacto. La gabardina, -los puntos donde tocaban la piel-, la irritaban sobremanera. Sentía las piernas más desnudas que nunca. Por otro lado, sabía que Mary estaría satisfecha.
Pero cuando llegó a casa, no estaba. Colgó la gabardina, guardó el vestido y se quitó los zapatos. Estaba muy cansada y el piso no resultaba acogedor ...
... sin la calefacción puesta. Mejor moverse. Se puso a cocinar. Fue al baño a limpiar sus cavidades una vez más y se contempló exhaustivamente en el espejo. Exudaba sexo por todos los poros. Sus hormonas se reflejaban por el cuerpo. Entonces oyó la puerta y salió a recibir a Mary. En cuanto cerró la puerta, no dejó ni que soltase las bolsas. Se colgó de ella y la besó con fruición. Prácticamente pidiendo que la violasen.
Deshaciendo el beso, Mary le dijo: “Está bien. Te daré un pequeño repaso luego. Sólo para comprobar que no queda vello. Pero después de cenar, en la cama. Y sólo será un rato.”
Kim se revolvió.
—No aguantaré hasta mañana por la noche. Me tocaré.
Mary alzó los brazos como diciendo ¡Y a mí qué! Del ojo izquierdo de Kim surgió una lágrima. Mary se la quitó con ternura.
—¡Está bien! Una inspección rápida y jugaré con tus pechos. Pero tu pubis queda fuera del trato.
Kim agitó la cabeza, aprobando con la mirada y una sonrisa. Inició otro beso que sólo sirvió para aumentar su excitación. Los pezones de Kim terminaron hinchándose del toqueteo con la gabardina que Mary todavía llevaba puesta. Se impuso resistir hasta que acabase de jugar con su lengua. Mary sabía que Kim debía estar chorreando, pero quería saber cuánto aguantaría y mantuvo el beso un largo rato.
Kim se sintió muy querida y no le importó sufrir en los pezones. Ya no tenía reparos con Mary que la sintiese húmeda, pues conocía todos sus recovecos y se sentía cómoda con ella. El beso le ...