Mis jefes no sobreviven a un polvo - Relatos Eróticos

Mis jefes no sobreviven a un polvo

... y me dio unos violentos embates.“Me encanta ese culo tan apretado, Anita…”“A mí me gusta el dolor que me estás provocando…” Dije entre jadeos.Continuamos así algunos minutos más; me derribó sobre el colchón sin salirse de mi ano y siguió bombeándome con todo el peso de su cuerpo. Me dio algunos empujones más, muy violentos y finalmente acabó.Elías se salió enseguida de mi castigado ano y se encerró en el baño.Me dejó exhausta, tendida boca abajo sobre la cama; mi culo muy dolorido, ardiendo y dejando escurrir semen fresco que manchaba las sábanas…Un par de días después ya tenía ganas de repetir esa magnífica enculada.Me vestí de manera bastante provocativa y, en cuanto tuve un rato libre, fui a visitar a Elías a su despacho. Pero me encontré con una sorpresa.En su escritorio estaba sentada una mujer madura, muy atractiva y deseable, quien me informó que ella era mi nueva jefa. Elías había sido promovido y viajaba esa tarde al interior, para hacerse cargo de otra filial…Mientras me comentaba eso, la mujer recorría mi cuerpo de pies a cabeza con ojos libidinosos y se relamía sus finos labios bien delineados en rojo.Ella siguió hablando y yo mirando sus ojos de fuego y sus labios carnosos e invitantes. Pensé cuánto tiempo más duraría esta mujer en ese estudio…