Castigada por desobediente
Fecha: 07/04/2020,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos
... chupar su verga cuando escuché que volvía el profesor y de reojo pude ver que había sacado de aquél cuarto oculto una cuerda que tenía atadas unas esferas de un material negro birllante, acomodadas por tamaño en toda la longitud de la cuerda.
El profesor me puso empinada sobre la mesa, aún con mis manos atadas detrás y le dió el artefacto de las esferas a Arturo -Ha llegado el momento de probar lo estrechito que es el culo de esta puta, supongo que ya sabe qué hacer, joven... Haga los honores, comience por la más pequeña-. Luego patenado mis tobillos, me hizo abrir las piernas para que el tarado de Arturo comenzara a insertar las esferas en mi ano; Pero Arturo no solo hizo eso, si no que aprovechó para lamerme cada vez que me hundía una esferita en el culo. Cuando llegó el momento de recibir en mis intestinos las esferas más grandes, traté de evitar que siguiera el castigo, pero con la ayuda del profesor, Arturo continuó su labor hasta que solo dejó fuera de mi ano las dos esferas más grandes, que colgaban de mi esfínter por el trozo de cuerda que las unía a las que ya tenía metidas en el culo. Cuando la penúltima pieza comenzó a deslizare hacia mi interior, sentí que me desgarraba y comencé a gritar y a forcejear más, pero nada hizo que la esfera acabara acompañando a las otras que ya tenía anidadas en el intestino. Fue entonces que el profesor acalló mis gritos a golpes hasta que ya solo sollozaba muy bajito y les pedía que pararan. El profesor castigaba cada ...
... movimiento que yo hacía azotando mis nalgas con su cinturón y dándome fuertes cachetadas. Cuando yo solo deseaba que todo acabara, Arturo colocó la esfera más grande en la entrada de mi cavidad anal y en vez de empujarla la mano, lo hizo con su miembro. La esfera le iba abriendo paso a su polla ensanchando las paredes de mi recto, que luego se iban cerrando apretando la verga de Arturo, hasta que me la metió toda y empezó a cogerme riendo estúpidamente por su hazaña.
Sentí que mi culo iba a reventar en cualquier momento, lo tenía lleno con las esferas que se empujaban más al fondo cada vez que Arturo me embestía. No puedo dar una explicación a lo que me empezó a suceder, pero supongo que las esferas más grandes estimulaban de algún modo la pared posterior de mi vagina y con las metidas de verga que me estaba dando mi compañero de clase, comencé a sentir mucho placer y a tener muchas ganas de frotar mi clítoris mientras mi ano era acribillado. Pero con las manos atadas, nada podía hacer, y no quería pedirle a alguno de los dos que me masturbara; solo me quedaba gemir expresando el gozo que me estaba proporcionando el castigo que me infringían. Entonces con un tono de triunfo en la voz, el profesor dijo -¿Ya lo ve, mi joven amigo? A esta ramera le encanta la verga, mire cómo lo goza- Y luego me tomó del pelo, y me jaló hacia atrás, arqueando mi espalda y haciendo que mis nalgas quedaran bien paraditas para que el otro cabrón me diera por el culo aún más fuerte, y yo llevada por el ...