Castigada por desobediente
Fecha: 07/04/2020,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos
... restregué mis nalgas muy paraditas en la verga del hombre que estaba detrás de mi, recargado en un extremo del vagón provocándole una fuerte erección que después disfruté metiéndole la mano en el pantalón; por supuesto que él no dejó pasar la oportunidad para gozar de mi cuerpo, y con una mano me atrapó una teta bajo la blusa y con la otra mano, buscaba el camino menos visible para la gente y colarse bajo mi falda y acariciar mi vulva; como yo estaba perdidamente cachonda, no me importó que tal vez nos vieran y lo dejé manosearme a gusto dejando salir unos gemiditos de aprobación a lo que me hacía. En las noches de esa semana, me masturbaba hasta tener uno o dos orgasmos, pero aún así, cuando me quedaba dormida, tenía unos sueños húmedos que incluían una cogida grupal en donde mi papá, mi hermano y mi profesor me cogían cada uno penetrando una de mis cavidades; y otra noche tuve un sueño donde mi mamá, sentada a mi lado en una butaca de la iglesia, me dedeaba hasta hacerme venir delante de todos los feligreses. Había podido sobrellevar mi calentura por unos días, pero el jueves en la noche, masturbarme ya no fue suficiente, así que me metí a hurtadillas al cuarto de mi hermano Érick para que me cogiera y mi mamá casi nos cacha. No la escuchamos salir de su cuarto cuando iba al baño, pero ella sí escuchó mis gemidos en la recámara de mi hermano en el momento en que él me estaba cogiendo por el culo. Pero como siempre que mi hermano y yo teníamos sexo estando mis papás en la ...
... casa, tomamos la precaución de asegurar la puerta y por nada del mundo nos quitábamos la ropa de dormir; así que esa noche, con mi mamá tocando a la puerta, tuvimos los reflejos suficientes para tomar todo con calma y cuando le fui a abrir a mi mamá, mi hermano se quedó en la cama y yo fingí estar llorando por que me había peleado por teléfono con mi novio y había ido a platicar del triste evento con mi hermano, afortunadamente mi mamá me creyó. Luego de esa noche, mi hermano me pidió limitar nuestros encuentros sexuales en casa a las ocasiones en que no estuvieran mis papás y así fue por unos meses, hasta que superamos el miedo a que nos cacharan.
Pero por fin llegó el sábado y mi curso en casa del profesor. Me puse un vestido negro, cortito y aunque no era escotado, la tela elástica de la parte superior de la prenda se pegaba a mi cuerpo haciendo lucir mis tetas; también me maquillé usando mi labial rojo favorito y delineé mis ojos más intensamente que de costumbre. Llegué a la casa de mi profesor deliberadamente tarde, para darle de nuevo el pretexto necesario para castigar mi impuntualidad, reteniéndome para contestar un cuestionario extra. En el comedor de la casa del profe, el único lugar disponible que quedaba en la mesa era el que estaba al lado del profesor, de quien todos preferían tomar la mayor distancia posible, así que ahí me senté. La clase avanzó sin mayor novedad, salvo que Arturo, un tímido compañero de mi clase, un tipo rellenito, algo bajito y feo, que ...