Cornudo desde una jaula
Fecha: 05/02/2020,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Moncho37, Fuente: CuentoRelatos
... ropa. Pero ella concentraba en mi mirada, y mientras agarraba su pequeño tanga blanco por las delgadas tiras de la cintura y lo hacía descender lentamente por sus piernas, continuó con sus ojos clavados en mí, aunque lo que estaba haciendo era realmente una verdadera exhibición para el negro. Se quedó un momento con las piernas abiertas ante su amante para aquella tarde, cubierta únicamente con la blusa, mostrándole su coño totalmente depilado en una actitud que la más profesional de las zorras no hubiera conseguido igualar. además, tengo que admitir que la visión que me estaba proporcionando me había vuelto a despertar la calentura y estaba a punto de empezar a menearme la polla dentro de la jaula.
Laura se quedó unos segundos observando la enorme polla del negro y a continuación se colocó en cuclillas entre las piernas de este. Luego, con una inconfundible expresión de deseo, agarró con las dos manos aquella descomunal verga y comenzó de nuevo a chuparla como si en ello le fuera la vida. Esta vez, desde mi forzado encierro podía ver como la boca de mi esposa tenía serios problemas en abarcar aquel glande, ya que nos encontrábamos justo de frente. Pero Laura era una experta mamadora, como me lo había demostrado en incontables ocasiones, y poco a poco, encontró la forma de tragarse el brutal rabo del negro mientras que de vez en cuando levantaba la vista para comprobar que yo seguía el desarrollo de la escena con atención. Pasados unos minutos, con la polla del tal Alex ...
... brillando a causa de la ensalibación que le daba Laura, este comenzó a acompañar con movimientos de caderas a las largas chupadas que mi mujer le propinaba, y yo ya me agarraba el nabo con fuerza viendo como se la hundía a mi mujer completamente en la boca mientras esta se la agarraba por la base con una mano mientras le masajeaba los huevos con la otra.
Poco después, la mamada era tan intensa que en ocasiones daba la impresión de que a mi mujer le sobrevenían un principio de arcadas, debido sin duda a que los movimientos de las caderas del negro hacían que su polla llegara hasta la garganta de Laura, aunque esta seguía chupando con las mismas ansias o más que al principio. Fue entonces cuando el negro la detuvo poniéndole una mano en la frente le dijo:
—Ha llegado el momento de que pruebes una polla de verdad, así que preparate para meterte este pedazo de carne en el coño, putita.
Y tomándola de la barbilla la hizo ponerse en pie de nuevo. Durante unos segundos volvimos a cruzar una mirada rápida y Laura me descubrió meneándome suavemente la polla. Empezaba a dedicarme una sonrisa cómplice cuando el negro la tomó de la cintura y la colocó de espaldas a mí, mientras él permanecía un momento contemplando su apetecible culo. Entonces Laura entreabrió de nuevo un poco las piernas y giró la cabeza para seguir observando mi masturbación, y justo en el momento en que nuestras miradas se encontraban, el negro volvió a meter su mano de dedos largos entre sus piernas y comenzó ...