“Touch and go”. La secretaria bien atendida, me hizo fama entre sus íntimas
Fecha: 01/02/2020,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
Tengo habilidad y facilidad de lenguaje para gustar a las mujeres, desfachatado, atrevido, simpático, agradable sonrisa, dicen que algo de canas me da un toque de distinción. Un winner según comentarios interesados de una mujer madura que me mira con ojos de loba hambrienta.
Con mis treinta y algo cometí el error de sumarme al bando de los casados con una joven doce años menor, cabe mencionar que un hijo de poco más de un año, obviamente creado antes de pasar por el registro civil fue el perentorio motivo del casamiento. Previo a este casamiento he tenido varias relaciones, todas habían sido cama afuera. Como habrán podido entender, la rutina y la fidelidad no es lo mío, llevo en la sangre los generes del cazador empedernido.
En la empresa donde trabajo tengo a Maia como secretaria desde hace seis meses. La muchacha orilla los veintitrés, buen cuerpo, piernotas, cintura y cola de concurso, más de una vez me pescó tratando de descifrar el código genético de tan buen cuerpo, mirando esa silueta que se trasluce bajo el ajustado pantalón, algo así como una segunda piel, sonríe y acusa el efecto que le causa verme “espiándola”. Una tarde asistimos a una reunión en la casa matriz de la empresa. Esta termino algo tarde, por lo que me pidió si podía acercarla hasta su casa.
—No te va a salir gratis… –atrevido, simulo tono dramático.
—¡No importa! –respondió, jugando al mismo tono, como la misma naturalidad que si le hubiera preguntado la hora.
—¿A dónde ...
... vamos?
—No estoy para pensar..., decidí vos a donde me quieres llevar…
A buen entendedor…, seguí los códigos del manual del pirata. Entramos al primer hotel que se me presentó en el camino, al placer no se lo debe hacer esperar. Necesitamos dos turnos (4 horas) para saciarnos la calentura, nos matamos haciendo el amor.
Maia estaba “regalada” (entregada) desde hace tiempo, solo faltaba la ocasión para cazarla. Hacía todo fácil, sin histeriqueo, directo al asunto, claro luego contó que siete meses sin carne en una mujer como esta hacen el sí fácil. Sin ser una gran belleza, tiene gracia natural, desnuda exhibe sin pudor alguno las caderas de ensueño. En la ducha nos reconocimos mano a mano, el agua no podía calmar la fiebre de Maia por falta de atención, entregada, dócil para ser triturada por la maquinaria del sexo, bajo la ducha le llené la conchita de carne hasta conseguirle el primer grito de triunfo
Era la imagen viva de la lujuria, labios carnosos como para comerle la boca, lengua ávida e inquieta como anguila, tetas en oferta, pero el trofeo estaba oculta entre los pendejos enrulados, la chuchi boqueaba como pez fuera del agua, aleteando a la espera del ariete de carne que pusiera fin a la atroz calentura, elevó la pelvis para ir pronto al encuentro final. El pasaje estrecho, los músculos ávidos de carne en barra aprietan al miembro, haciendo más agradable el tránsito hasta el fondo.
Un polvo breve, pero intenso, adornado con mimosos quejidos, primero ella, uno bien ...