1. El tormento de Zorya


    Fecha: 14/09/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    El mediodía llegó rapidamente a la pequeña aldea de Calrra.
    
    -Serán dos monedas de oro -le estaba diciendo un vendedor de frutas a una alta mujer de ondulados cabellos dorados que vestía de cuero, mientras le ofrecía una manzana de su carro. Sin decir nada, la mujer sacó un cuchillo.
    
    -¡Vale, vale! -dijo el vendedor palideciendo-¡Toda tuya!¡Por nada!
    
    Pero la mujer no le prestó ninguna atención y, después de lanzarle las dos monedas al sorprendido mercader, se alejó cortando la manzana en dos con el cuchillo. Mientras el pobre hombre dejaba escapar un suspiro de alivio, la mujer continuó su camino a través del mercado hasta que un niño de diez años se acercó a ella:
    
    -¿Zorya? -la mujer se agachó para recibir un abrazo del pequeño- ¿Te vas a quedar por aquí?
    
    -Unos cuantos días, tal vez -asintió Zorya.
    
    -¡Bien! ¿Vendrás a comer con nosotros? -dijo- Pero... me temo que no será mucho. Padre dice que Lord Baeron se ha llevado casi todo nuestro dinero con sus impuestos.
    
    El chico permaneció silencioso por un momento, se acecó a Zorya y le susurró:
    
    -¿Has podido...? -preguntó. Zorya rebuscó por un momento en su cinturón y le puso una pequeña figurita en la mano.
    
    -¡Vaya!¡Un elfo!¡Gracias, Zorya! -exclamó- ¡Pensé que lo habrías olvidado!
    
    -Nunca -dijo la sonriente mujer, revolviéndole los cabellos.
    
    Mientras el chaval se alejaba para enseñarles su nueva posesión a otros niños, Zorya se levantó y miró a su alrededor. Habían pasado varios meses desde la última ...
    ... vez que estuvo en la aldea. Nuevas caras, nuevas tiendas, pero se fijó particularmente en que todo el mundo parecía más pobre.
    
    -¡Lord Villard! -dijo un anciano que se puso al lado de Zorya, cómo si hubiera adivinado sus pensamientos- ¡Ha destrozado esta aldea con sus impuestos! Y además, se ha llevado a todos los hombres jóvenes para trabajar en sus minas cómo esclavos y a todas las jovencitas para procurárse placer a si mismo y a su ejército.
    
    -¡Sedonianos! Malditos cerdos... - murmuró Zorya. El viejo rió:
    
    -Siempre has hablado mejor con la espada, pequeña mía.
    
    -Tienes razón, tío Narrus -dijo ella sonriendo, y le abrazó. Entonces un hombre enorme y obeso agarró a Narrus violentamente:
    
    -¿Dódne está el dinero de hoy, viejo? -preguntó amenazadoramente, pero antes de que su victima pudiese responder, aquél hombre sintió cómo le golpeaban en las piernas, haciéndole caer al suelo sobre su espalda, y se encontró frente a la punta de la espada de Zorya.
    
    -¿Quién es este saco de mierda? -preguntó Zorya.
    
    -Se llama Larat -explicó su tío-. Lord Villard lo echó del ejército por cobardía.
    
    -No me extraña -dijo Zorya meneándo la cabeza- ¿Debería matarlo...?
    
    -¡No, por favor!¡Piedad! -empezó a gritar Larat- ¡Seré mejor persona!¡Lo juro!¡Perdóname!
    
    Zorya miró por un momento a su tío, y entonces envainó la espada:
    
    -¡Lárgate de aquí! -escupió.
    
    Cuando Zorya se dio la vuelta, Larat se levantó y sacó un cuchillo, pero, para su sorpresa, Zorya se volvió y de un solo ...
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