1. Historia de una visita


    Fecha: 25/11/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... intentaba sentarse, le dije que tenía algo para él, un obsequio que ojalá le guste. Aún pensaba en esos negros. Cambié la música y puse una canción de Britney Spears Gimme more y luego Paulina Rubio con Sexy dance ... comenzando a bailar para él. Movía mis caderas, levantando mi minifalda hasta ver mis pantis, me acercaba y me alejaba. No dejaba de mirarme de pies a cabeza. Le gustaba de eso estaba segura. Se veía caliente. Lo rocé con mi piernas por fuera de las de él, por lo que tomó mi mano y me llevó al sillón, sentándome sobre él y descubriendo mis senos y que toma con sus manos y mete a su boca de a una, que bien se sentía… rico…. Me dejó adolorida, pero me fascinó. Me dijo que siempre quiso hacerlo mientras fue mi jefe. Que era su sueño al fin cumplido. Me puse de pie y él acompañándome. Me arrodillé y bajé su cierre del pantalón, tomando su pene y metiéndolo a mi boca y me gustaba, lo tenía grande. Lo haces perfecto Claudia, perfecto!!!. Él me toma y me gira, levanta mi mini y bajando mi ropa interior y penetrándome sin clemencia alguna hasta terminar sobre la mesa del comedor. Fuerte gritaba, fuerte, deme… fuerte, por favor hágalo muy fuerte, rico… Volví a meterlo en mi boca hasta que terminara ahí… semen mucho semen. Luego tomándome ...
    ... nuevamente me penetra nuevamente apoyada a la pared y gritando muy fuerte, no pare por favor siga, siga que me atraviesa... Quería más, le pedí me embistiera una vez más, pero esta vez por mi cola…. Que dolor sentí, muy rico, agradable, muy, se siente grande dentro… Que bueno estuvo y caminé al baño. Pensaba que lo hacía muy, pero muy bien, mejor que los comentarios. Al salir, salimos a la terraza y fumamos con la copa de vino en la mano. Luego él entra y yo cerré la ventana. Comencé a bailar y descubrí mis pechugas, pegándolas contra el vidrio y dejando caer vino en ellas. Él estaba ardiendo, porque a través del vidrio con su boca estaba ante mis pechugas, muriendo por ellas. Salí y se abalanzó sobre ellas con sus manos y boca succionando muy agradable. Nuevamente en medio de su living me penetró fuerte, con mucha fuerza, pareciendo hacía mucho no entraba en alguien y yo la afortunada de tener todo, absolutamente todo su semen en mí. Terminamos, me despedí con un beso en la cara y ya menos mareada de quien fue mi jefe. Me dice que casi lo mato por como vestía y como desesperaba no me despegaba de su pene… reí de su “halago”. Dijo que me llamaría. Pensaba que quizás sería bueno nos volvamos a ver, bajo el ascensor y tomo mi auto para irme, ya no tengo sueño. 
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