1. Ayudándole a un amigo


    Fecha: 04/11/2019, Categorías: Infidelidad Autor: arandi, Fuente: RelatosEróticos

    ... pues deseo disfrutar aún más de esta hermosa mujer. No voy a desperdiciar tal oportunidad. Le pido que pare y me reincorporo para besarla.
    
    Tomándola firmemente y, sin romper nuestra unión, la conduzco hacia el espejo cercano que nos refleja desnudos, unidos. De esta forma, parados, la continúo penetrando. Ella alza su hermoso trasero y yo flexiono mis rodillas a manera de estar a la altura, pues Lorena es más pequeña que yo. La imagen me deja extasiado; el estar vinculado de esta forma a una mujer tan bella y bien proporcionada es verdaderamente especial.
    
    Tras algunos minutos mis piernas comienzan a temblar, la postura me resulta un tanto incómoda. Lorena se da cuenta de ello por lo que se desprende de mi sexo volteándose para besarme. Sus besos son siempre muy húmedos.
    
    Agarrándome del pene me lleva hacia la cama nuevamente. Lorena se coloca sobre sus rodillas al borde de la cama.
    
    —Así, para que estemos a la misma altura —me dice y yo pienso que lo que quiere es que ya me venga pues en tal posición es muy probable que así pase.
    
    En esta posición su trasero luce excelso. La penetro como perro, aunque con ritmo suave pero constante, disfrutando de cada milímetro de mi intromisión a su intimidad. Miro hacia el espejo delante de nosotros, que nos refleja en nuestro enlace sexual; puedo distinguir que Lorena muerde sus labios levemente y esto me sugiere que está disfrutando de nuestra cópula quizás tanto como yo. Esta posición en la que estamos me brinda la ...
    ... posibilidad de, además de llevar el ritmo, acariciar ese par de gajos de carne que mi querida compañera de juegos tiene el honor de presumir al caminar.
    
    Tras varios minutos de ayuntamiento no se produce ningún diálogo, guardamos un silencio que expresa en mucho la naturaleza de nuestra unión.
    
    Entre nosotros no hay amor que expresar en palabras, y pese a ello seguimos y seguimos copulando. De cualquier forma, algunos gemidos son emitidos de vez en vez, pues es inevitable expresar el placer que disfrutan nuestros cuerpos.
    
    De repente tal mutismo se rompe cuando Lorena emite unas palabras.
    
    —Ya embarázame amor... ya.
    
    Es obvio que ella quiere que ya terminemos. Ante esta petición que me conmina a eyacular pronto, le digo a Lorena que se recueste boca abajo pues el verla así, con las nalgas bien paraditas al aire, me excita sobremanera. Ella lo hace y yo, con ambos pulgares, abro sus pliegues vaginales y lengüeteo aquella abertura degustando el sabor de nuestros jugos mezclados, a la vez que la lubrico aún más.
    
    Una vez preparada para recibirme, me coloco sobre Lorena, cierro bien sus muslos con mis rodillas y utilizo a manera de carril la división entre ellos, para que mi miembro se encauce directamente hacia su vagina.
    
    La penetro; el estar de nuevo dentro, pasando de la fría temperatura exterior al cálido y húmedo interior, es una sensación muy grata. Descanso completamente mi peso sobre el cuerpo de Lorena mientras que entro y salgo de ella a diferentes intervalos. Mi ...