... hasta que la sentí entrar. Ayyy, que placer, aún recuerdo esa rico doblete.
No sé si 5 o 10 minutos estuvo bombeándome el morocho su enorme pene en el ano hasta que sentí la tibieza de su esperma que se derramaba llenándome el recto. Extrajo su pija embebida en esos jugos y me la acercó al rostro para que se la chupara. Lo hice con ferviente placer dejándosela completamente limpia, mientras otra maravillosa verga estaba ocupando mi agujerito trasero. Me la sacó del ano y comenzó a buscar con su punta un espacio en mi vagina, ocupada por la del negrito. No tardó mucho en lograrlo y yo saltaba como una perra con esas dos pijas descomunales deslizándose en mi conchita.
Otro tipo se hizo un espacio y me la metió por el orto. Que triple goce, infernal. Mis orgasmos no cesaban y las pijas en mi boca se multiplicaban. Un par de nuevas descargas hubo en mi recto y luego la mamada de esas pijas que dejaba limpias con gustoso placer.
Después me hicieron girar colocándome de espaldas sobre otro potente macho que luego de darme fuertes palmadas en los glúteos dejándomelos ardiendo, me la enterró en el recto hasta los testículos. Allí se acercó el negrito que había estado abajo mío y comenzó a buscar penetrar su botón también en mi ano. Traté de relajarme, los penes en mi rostro continuaban dándome el goce y excitación que necesitaba para afrontar esa embestida. Al entrar esa segunda pija en mi ano, un jadeo desde el fondo de mi garganta fue prueba de mi sacrificada ...
... entrega.
Los tipos frente a mí me tomaban fuertemente de los cabellos, me golpeaban con sus duros miembros el rostro, haciendo que me las tragara una por una hasta la garganta.
Las dos vergas se movían maravillosamente en mi recto y mis deseos crecían sin cesar. Llamé a otro joven para que se agregara y me la metiera por la vagina y volví a disfrutar de un vibrante triple.
Lo que estaba viviendo con esos tipos, era fantástico, un placer descomunal.
Como a la media hora de haber comenzado recibí en mi boca una tibia dosis de esperma, que saboreé como si fuera almíbar.
Me levantaron, dos de pie me sostuvieron en el vacío con sus pijas metidas hasta el tope en mi cuerpito, yo solo agitaba mi cintura, chillando, gozando y acabando.
Tenía el ano ardiente y ardido, pensé que era suficiente sacrificio de mis dos golosos agujeritos y recordé que Jenny me había pedido que recibiera la mayor cantidad posible del semen de los tipos en mi rostro. Pensé en esos videos donde la chica recibe todo el semen en su boca, sin escupirlo. Yo estaba tremendamente excitada como para no intentarlo.
Me senté en la verga de un morocho que sentado en la banqueta me movía horadándome el ano y vi que se me acercaron tres tipos agitando violentamente sus magnas pijas con las manos.
El primero la acercó a mi rostro y cuando vi que sus ojos se blanqueaban abrí la boca para recibir su semen en mi lengua. No lo tragué, dejé que se acercara el segundo y se la tomé para masturbarlo haciéndolo ...