... con cuántos hombres has estado en simultáneo.
-Con dos, tres, una sola vez con cuatro, le dije pensando que Guillermo había sido uno de ellos.
-Y que tal la pasaste, bien?
-Es algo complicado pero me gustó, le respondí.
-Y con mujeres has estado.
-No, pero me gustaría probar algún día porque dicen que la mujer es más cariñosa con otra mujer, no tan brusca como un hombre, para hacer el amor.
-Si vas a coger con un hombre, de qué tamaño te gusta que la tenga.
-Bueno, no algo enooormeee porque no voy a saber dónde meterla pero sí, algo importante, no se…. mínimo 18 cm.
-Bueno, eso no es poca cosa. Quiero decirte que tenemos un obsequio para vos.
-Ah sí. Y de que se trata, se puede saber?
-Es una sorpresa, solo te diremos que es un regalito de Brasil, querés recibirlo ahora?
-Si, por supuesto, dicen que los regalos no se desprecian.
Entró un joven delgado de piel trigueña y cabello motoso, completamente desnudo y se puso a mi lado, yo continuaba sentada tomando mi vodka y una hermosa verga quedó a la altura de mi rostro.
-Que tal, te gusta?
-Ay creo que sí, pero me parece que es algo grande, no sé si es un tamaño manejable, ja ja.
-Si querés podés acariciarla y besarla, es toda para vos solita. Podrías hacer que se ponga bien dura. Te gustan los penes bien firmes?
-Si claro, creo que a cualquier mujer le gusta eso, a mí me encanta sentirla bien dura, ja ja.
Mientras se desarrollaba éste diálogo, yo casi por reflejo se la ...
... acariciaba y le chupaba el maravilloso botón. El alcohol me había desinhibido totalmente. La pija del muchacho había comenzado a rigidizarse de manera impresionante creciendo como de 22 cm. Mis dos manos no la podían cubrir en toda su extensión, además su grosor era mucho más que lo normal. Se la mamé casi con devoción y también los testículos, completamente depilados.
Jenny continúo diciendo que tenían otro obsequio para mí, éste es dominicano y nos gustaría que lo conocieras. Aceptarías este regalo también?
-Sí, supongo que si es tan bello como este brasilero, me gustaría conocerlo.
Ingresó otro morochito, muy buen mozo, de piel más oscura con una verga tanto o más grande que la del brasilero.
Podés chuparla también me dijo Jenny. Yo tomé las dos pijas, una en cada mano y comencé a masturbarlas con delicadeza y a engullirlas con gran placer. Ya tengo suficiente práctica para tragarme un miembro casi totalmente pero estas no me entraban completamente en la garganta, solo la mitad.
Uno de los morochos se acostó en el sofá y me montó sobre su rostro comenzando a chuparme la vulva, mientras yo le continuaba chupando la pija al brasilero.
Mi calentura ya a esta altura de los acontecimientos era insostenible, el alcohol había hecho su efecto y no me importaba el grupo de tipos que estaba alrededor mío filmando y fotografiando. Las luces candentes de los spot que no me permitían ver más atrás, donde todo era oscuro.
Me puse en cuatro con el dominicano frente a mí ...