Estos son nuestros sábados
Fecha: 25/07/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo1, Fuente: CuentoRelatos
... las almohadas, piernas esbeltas envolviéndose alrededor de la cintura entonada de Ken los brazos esbeltos de Daisukee acercaban para atraer a su compañero sobre él; dedos esbeltos para agarrar la carne tensa de las nalgas de su compañero.
Más adentro. Más adentro. Más adentro. Cada movimiento rompiendo la pared dentro de él, trayendo destellos brillantes en aquellos ojos cerrados. Incluso sin su vista pudo ver la figura de su amante quemada en la parte posterior de sus párpados.
Y de pronto un silencio vacío roto por un gemido tan desesperadamente amenazante para abandonar los confines de su pecho. Cautelosamente Ken dejó que los ojos de Daisuke se abrieran para dedicarle una sonrisa sensual marcada en sus labios. Un pequeño hoyuelo adornaba cada rincón; su rostro con la luz de aquella luna tan perfecta le hacia ser el chico mas sexy del planeta haciendole el amor.
- Vas a perder,como siempre en tu vida -. Le susurró entre risas sensuales
La cara de Daisuke era la misma imagen del placer aunque su mision al iniciar esto era luchar contra el amor que le iba a poner Ken, aunque de todas formas, ya estaba perdiendo, nadie podia resistirse a Ken y a su manera de hacer el amor, sus brazos estaban estirados y débilmente unidos frente a Ken. Su espina dorsal era una curva gradual en las caderas de su amante, las rodillas extendidas y las piernas apretadas contra la del otro. Ni siquiera podía fingir que parecía que no lo quería, que no quería ser desafiado.
Y lo ...
... obvio que estaba siendo que no quería perder, pero lo estaba haciendo.
Las manos pálidas de Ken agarraron las caderas de su chico, y Daisuke mordió con fuerza las almohadas llenas de plumas. Su cuerpo se balanceaba con avidez y contra la voluntad de su compañero, su miembro encontró alivio dentro del cuidado de la mano de Ken, volvió a tener los ojos cerrados, la boca moviéndose sin resolución, las súplicas desesperadas no llegaban al final de su garganta. Ken le estaba presionando para que no pudiera más, extasiarlo, llevarlo al límite de todo. Convertirlo en algo mucho más parecido a un juguete que una persona, pero amaba cada momento, cada expresión, cada movimiento de aquella persona hundida en las sábanas
Daisuke quería gemir. Gritar. Gimotear y pedir por más, quería decir su nombre. Pedirle más. Decirle lo mucho que lo amaba. Cuánto amaba ser parte de él.
Ken se inclinó sobre Daisuke, su mano libre presionando en el fondo de su omóplato. El acercamiento entre cuerpo a cuerpo le ayudó a llevarlo todo más y más rápido, su agarre en miembro de Daisuke apretando con flexiones incontrolables de su propio orgasmo máximo.
-Dilo, di mi nombre -. Empezó, encontrando cada vez más difícil terminar la ejecución de su plan
La cabeza de Daisuke se arqueó hacia atrás, el calor de su propia respiración contra la tela trajo sólo una ligera incomodidad a través de los carriles de pasión que fluían a través de su cuerpo. Estaba sujeto contra la cama, con los brazos inútiles ...