1. Estos son nuestros sábados


    Fecha: 25/07/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo1, Fuente: CuentoRelatos

    Ken apagó la luz,Daisuke cerró sus ojos, y Ken empezó a bajar, había trazado ya una línea recta de besos, y un puñado de caricias desde su cuello, en medio de sus pezones hasta llegar a su ombligo, y ahí fue cuando la luz se prendió, y Ken pudo ver lo imperféctamente hermosa que era la piel del vientre de quien estaba llenando de puro amor.
    
    Siguió bajando, y Daisuke se contraía, Ken sabía que bastaba darle siete besos bajo el ombligo para llegar; bastaban seis besos, bastaban cinco, bastaban cuatro besos, era porque su piel era como el caramelo. Suave y dulce. Calido y maleable entre sus delicados dedos, y brillando bajo el brillo del sudor. Debajo de la piel suave, podía sentir cada cinta de tendones y cada placa de músculo como sus uñas atrapadas en las crestas afiladas de los omóplatos, lo hacía tan perfectamente bien que Daisuke suspiró fuerte, su aliento sonaba grave, queria atrapar el cabello de Ken para tener un punto de apoyo, aquello le causaba vértigo
    
    -Te lo dije, No lo tienes permitido. Ya conoces las reglas-. Se separó un poco de él y luego siguió con lo que estaba haciendo
    
    En esta noche, Daisuke no tenía permitido agarrar, tan solo gemir el nombre de su amado, hoy Daisuke conocería lo que era hacer el amor de verdad con Ken, y esto lo estaba viviendo ahora mismo en su piel
    
    La lengua de Ken atrapó el lóbulo de la oreja de Daisuke, aquellos labios ansiosos besaron un sendero suave y agonizante por el cuello del otro.
    
    - Quiero oír un sonido, ese ...
    ... sonido -. La lengua se arrastraba contra la piel perfumada, la cabeza de Daisuke se movía de un lado a otro con un gemido silencioso que se desinfló en su estómago.
    
    Fué bajando, cual serpiente, y quitó con su boca y dientes aquellos boxers que ahora resultaban incómodos, bajando hasta los tobillos, hasta dejarlos y ahí, luego descendió por el mismo camino hasta llegar a su miembro, en posición media baja, y le dió otro beso, bastaban tres ahora, los labios sedientos de Ken sintieron un adorno en aquel cuerpo, en aquella piel rígida, aquella cicatriz de la otra vez en la que Ken escribió lo que era de su propiedad.
    
    La acarició con sus dedos, como si estuviera leyendo en braille, se acurrucó contra esas letras pefectas hechas por él y las acarició con su cabello azul medianoche, y le volvió a besar, Daisuke abrió los ojos para ver la hermosura de Ken haciendole el amor lenta y agonizantemente, bastaba un beso... Bastaba.
    
    A pesar de su complension delgada, Ken hundió todo su peso en Daisuke, impidiendole respirar, El resplandor blanco y azul de la luna se abrió paso a través de la ventana y se cortó en ángulos ásperos a través de su cara, a lo largo de sus ojos y barbilla, pero suave alrededor de su nariz y mejillas. A pesar de que su corazón latía al ritmo de sus empujes, la emoción de ver a su amante tratando de ganar el juego debajo de él le motivaba para tratar de romper el deseo de Daisuke de ganar
    
    Este último cerró los ojos mientras su cabeza volvía a enrollarse en ...
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