Me encanta su barba
Fecha: 16/07/2019,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... del estado.
- Me parece bien, solo que tengo una condición.
- Dime.
- No me gustan las objeciones en el sexo y soy muy abierto en ello.
- Yo también, mientras no hayan golpes o moretones. Tú sabes, no puedo dejar ningún tipo de evidencias de nada… ¿me entiendes verdad? Aunque yo también tengo una condición.
- Dime.
- No te vayas a quitar esa barba… quiero que me haga cosquilleo en mi cuerpo. Créeme que ya la imagino haciéndome cosquillas.
Mi hermana y Sofía llegaron, comimos el desayuno, nos despedimos y ya para ese entonces ya habíamos intercambiado teléfonos con Aleksandra. Exactamente como había acordado, a las diez de la mañana recibo el texto donde me da su domicilio y salgo con ese nerviosismo característico en lo que es la sensación de estar haciendo algo prohibido con alguien a quien poco conozco. El marido de Aleksandra en un hombre peruano, quien es ingeniero y viven muy bien. Su buen salario le dio la oportunidad de comprar una bonita casa, como también comprar a una bonita esposa de esas que se ofrecen en estas nuevas redes sociales, pero Aleksandra necesita más de lo que su marido le da, pues al ver sus fotografías colgadas en la pared, me doy cuenta que está fuera de condiciones físicas y si hay que darle un adjetivo, diría que está entre los obesos.
Llego y Aleksandra viste un pantalón corto de nylon el cual me permite ver la tanga que lleva puesta. Sus medianos pechos son sostenidos por un bustier deportivo y el cual me permite ver su ...
... bien trabajado abdomen, esa bonita cintura, como lo sensual de su ombligo. Me ofrece algo de tomar y me da una muestra de su casa, me lleva por los jardines y finalmente pasamos por las recamaras hasta llegar donde ella duerme con el Sr. Sánchez. Es Aleksandra la que toma la iniciativa y se me acerca y me ofrece sus labios, los cuales beso mientras ella me toma de los glúteos. Su respiración es profusa y comienzo a lamer su cuello y me dice que siente delicioso el cosquilleo de mi barba en esa zona. Me tomo mi tiempo y esta preciosa mujer solo respira y me dice repetitivamente: ¡Tony, me gustas mucho!
De beso en beso, me fui deslizando hasta sus pechos, donde ella me asistió en removerle su bustier y me quedaron aquellos melones blancos con una areola rosada deseosos a ser lamidos, devorados a placer. Aleksandra solo gemía y entre palabras recortadas lograba decir: ¡Me encanta, comete mis pechos Tony! Se los mamé por un buen tiempo y de esa manera llegué a su ombligo y descubrí ese pelvis desnuda de vellos y al remover su tanga color blanca pude ver como esos hilos de lubricación espesa se desprendían como si fuesen telas de araña. Aleksandra se estaba muriendo de las ganas; sus gestos, sus gemidos, todo parecía indicar que quería ser penetrada. Yo todavía estaba vestido y ella me asistió al removerme la camisa mientras me lamia los pectorales, me bajo el pantalón y observo mi paquete queriendo tomar libremente esa erección esperada, pues con ropa interior estilo bikini, se ...