1. Placer etéreo


    Fecha: 08/07/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Llevaba ya un par de semanas notando el característico peso del cansancio sobre mis hombros. Habían sido unos días difíciles para la empresa y el trabajo se había ido acumulando en pilas y pilas diarias de documentos, facturas, expedientes y reclamaciones de clientes. Cuantas más horas de mi tiempo empleaba en arreglar todo aquel papeleo más nuevas carpetas parecían surgir para desquiciarme. Por suerte, aquel miércoles nos concedieron una merecida tarde de descanso por el esfuerzo y trabajo realizado.
    
    Sabía que hacer ejercicio ayuda con el estrés, pero poco había conseguido todas las veces que lo había utilizado como medio para intentar liberarme de la tensión que, de vez en cuando, invade mi cuerpo. Y ya lleva semanas persiguiéndome. Noto los músculos rígidos y las extremidades pesadas, por no hablar del mal humor que parece haber ensombrecido mi carácter amable y paciente. Así que sí, pensaba hacer un muy buen uso de esa tarde libre y sabía exactamente cómo.
    
    Ni si quiera espero a entrar en casa, antes incluso de encajar la llave en la cerradura de la puerta que da a mi apartamento comienzo a liberarme de los dolorosos tacones que llevaban castigando mis pies durante toda la mañana. Al entrar y cerrar la puerta me deshago de los pantalones y la camisa de trabajo, quedándome únicamente en ropa interior. Suelo sentir que mi atuendo de secretaria es algo soso y apagado por lo que, en secreto, lo complemento con una bonita y cómoda ropa interior de encaje.
    
    Abro el ...
    ... armario dispuesta a encontrar algo cómodo y ligero con lo que vestirme, a esas horas de la tarde el sol da de lleno en el apartamento y calienta el ambiente. Al final opto por una camisa ancha y blanca, que deja entrever una difuminada imagen del sujetador negro con bordados florares del mismo color, dibujados alrededor del pezón. Su borde acaricia mis muslos y mantiene también oculta, aunque por escasos centímetros, mi entrepierna. Satisfecha, complemento el atuendo más cómodo de la historia con unas enormes medias negras hasta la pantorrilla.
    
    El reflejo de mi cuerpo en el espejo de la habitación me sorprende mientras me las recoloco. Una chica soberanamente sexy me contemplaba con unos brillantes ojos color café y el pelo de un intenso azabache, algo despeinado pero conservando aún unas bonitas ondulaciones. Su cuerpo, la forma del cual se podía contemplar perfectamente a través de la tela de la camisa, incrementándose aún más al estar ella colocada en frente de la ventana y, por tanto, a contraluz, parecía hecho para admirar. Esbozo una enorme sonrisa ante la imagen que aquel espejo me devuelve, había olvidado lo sensual que podía llegar a ser. Sin medir mis actos y casi en un gesto cariñoso me regalo una suave caricia por todo el torso de mi cuerpo, rodeando los pechos y acabando con un suave palmadita en una de las nalgas de mi trasero.
    
    Mi cuerpo parece reaccionar de inmediato a aquel gesto, sediento de más caricias que puedan llevarle al éxtasis del placer y la ...
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