PUDIERON MAS LAS GANAS...
Fecha: 18/06/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... cascada sobre sus hombros dejando ver una linda mujer llena de encanto y solaz.
- Hola amor, fueron sus palabras. Moría de ganas por verte.
- Bienvenida querida, respondí mientras admiraba su figura.
Le di un besito andeniado y mordelón mientras con la mano derecha le daba una suave nalgadita.
- Hummmm, que rica estás. Qué bueno que viniste.
Me miró y sonrió mientras que mi entrepierna seguía tan caliente y deseosa como antes. Sin querer me agarré el bulto con la mano y apreté mi pene. Lo sentía grande, duro, tieso, parado y completamente mojado. Sentía unas ganas tan grandes de rajita. La miré fijamente y le dije:
- Amor… Tengo unas ganas inmensas de romper el tabú
- ¿Cuál?
- Me muero de ganas por darte una culiadita acá en la oficina. Sabes lo que pienso al respecto pero mira como tengo esta cosa… La tengo como pata de muerto… Tiesa.
- En serio amor… ¿Quieres?
- Pues claro… Con esta arrechera. Grrrrrrrrr…
- Ay Guille… esa ha sido mi fantasía. Que me comas en tu oficina, que me arranques la ropa, que me metas debajo del escritorio y darte una mamada bien rica y ojalá con un cliente ahí sin que este se dé cuenta mientras haces un esfuerzo sobrehumano por no delatarte…
- Calla…
- No amor… Sueño con que me subas a tu escritorio y me lo metas todo bien rico y hasta el fondo mientras me chupas las tetas que tanto te gustan. Que luego me pongas en cuatro y me des chimbo hasta desfallecer y me llenes la cosita de leche espesita. Mira como se ...
... me pusieron de duros los pezones, concluyó ella mientras desenfundaba sus tetas…
Si… estaban completamente enormes. Ella tiene pezones muy normalitos pero cuando se emociona y se llena de ganas, triplican su tamaño y se ponen como rocas. Unos senos coronando sus senos… Ufffff, me encantan.
No aguanté más y de un solo golpe cerré la puerta de la oficina. Ni necesidad había porque el edificio estaba completamente solo pero era mejor prevenir. Me abalancé sobre ella como un león y comencé a comerle la boca mientras mis manos hambrientas le palpaban las tetas.
No sin ganas, ella y fulminantemente, con la velocidad de un rayo, me quitó la camiseta y comenzó a pasarme las uñas por la espalda. ¡¡¡Uyyyy, estaba como encalambrado, electrizado!!!
Sentía mis costillas galopar al trote suave de sus dedos. La calentura seguía creciendo en mí. Al paso de sus uñas, mi ser se estremecía con celeridad. Ya era imposible detenerse y ni por el putas lo haría. Yo hice lo mismo, me despegué de sus senos y le quite la blusita morada y como un experto, con una sola mano, zafé la hebilla de su sostén. Así, como en las películas…
Sus senos, que ya estaban medio desnudos, saltaron hacia adelante, completamente desafiantes. Mis ojos se abrieron más de lo que estaban. Esa visión me encantaba. Me declaro un admirador de las tetas de las mujeres. Soy un adulador de unos pezones turgentes tras la seda, de un escote entreabierto dejando volar la imaginación.
“Ay, me encantan estas tetas”, ...