Mi mujer y yo casi a la fuerza - Relatos Eróticos

Mi mujer y yo casi a la fuerza

... de una manera deliciosa, a la vez me meneaba la polla, bajaba hasta los huevos y subía a mi agujero, notaba los embates de Nacho con la lengua de Belinda en mi culo, de repente Belinda paró y soltó un pequeño grito ¡AHHH!, miré a la pantalla y vi que nacho le había metido un dedo en el culo

BELINDA .- ohh no por ahi no, ohh duele, ahhhhhh

NACHO .- tranquila cariño, aguanta sólo un poco verás cómo se pasa, luego ya verás cómo no quieres parar

Tenía un tubo de lubricante en la mano y le estaba poniendo un poco en el culo, dejo el dedo dentro sin moverlo hasta que se acostumbro y ella sola empezó con el vaivén, como pidiendo más, ahora Nacho movía el dedo en círculos haciendo ceder la resistencia del ano, ella era virgen analmente ya que no le hacía mucha gracia cuando yo lo intenté, nunca pasamos de simples caricias, pero parece que Nacho tenía experiencia en los preparativos y Belinda parecía corresponder con mas gemidos.

BELINDA .- Uuhmmmm, ahora se siente bien, sigue asiiii, uhh, un poco másssss,ohhhhh

una vez se acostumbró empezó a introducir un segundo dedo, Belinda introdujo más su lengua en mi dilatado culo y me subió como una descarga desde la espalda de inmenso placer, no puede aguantar más me giré rápidamente y le dije a Belinda - Me corro cariño, trágatela toda - y ella saco la lengua, me la empezó a menear y empecé a soltar chorros, cayeron por su cara, ojos pelo, parecía que no acababa nunca, se metió la polla en la boca y continuó succionando y ...

... tragando los siguientes chorros, ¡¡dios!!, la primera vez que se tragaba mi corrida, me la limpió toda y se relamió los dedos con los restos de su cara, me acerqué y la besé, jugamos con la lengua con los restos de mi propio semen, era un momento de autentica lujuria.

RUBEN .- vaya trabajito que te ha hecho tu mujercita ¿eh?, a que no contabas con eso, si es que me da la impresión de que como muchas parejas, os habéis perdido muchas cosas por los dichosos prejuicios...

...qué razón tenía Rubén, me quedé tumbado exhausto viendo como le abrían el culo a mi mujer, pero ya no tenía ninguna sensación de celos, engaño u obligación, nos mirábamos sin pudor ni culpa, estábamos disfrutando de verdad con cosas que no hubiéramos imaginado ni en nuestras más profundas fantasías, y nos dimos cuenta que se podía disfrutar de muchas maneras sin etiquetas. Parece mentira pero justo en ese momento me di cuenta de lo mucho que quería a Belinda y a partir de ahora más.

Rubén le acercó a Nacho lo que parecía una cuerda con 10 bolitas separadas del tamaño de canicas, como si fuera un collar de perlas pero abierto y terminado en una anilla circular, sacó sus dedos del culo y su ano quedo semiabierto y palpitante, y comenzó a introducir las bolitas desde la primera que era más pequeña, poco a poco junto con un poco de lubricante, a cada bolita que entraba ella respondía con un ¡¡ahhh!!, pero ya sin síntomas de dolor, fueron despareciendo todas hasta la última, quedando la anilla por fuera de ...