1. Albertito 3


    Fecha: 08/06/2019, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... y comenzó a crecer en mi boca. Cuando estuvo casi dura, la abandoné y me sumergí la verga de Marcos, pajeando entonces a Alberto. La de Marcos era más complicada, me hacía doler un poco la comisura de los labios y debía ir tragándola de a poco para acostumbrar mi garganta, por suerte su glande era chiquito. La tomé de abajo con la mano para tener un tope y comencé a chupar con furor el resto, Marcos comenzó a gemir, Alberto me miraba interesado. Quité mi mano y fui engullendo más verga de Marcos, sentí su glande llegando a mi garganta, maniobré para evitar las arcadas y al fin mis labios besaron su pubis, le apreté bien la base con los labios, y con los labios lo pajee un poquito. Marcos gritó. Lo dejé caliente y volví a la pija de Alberto, lo mamé con furor, Alberto me regaló un ahhh, y cuando le volví a meter el dedo, me regaló un chorro de preseminal delicioso. Volví a Marcos, tragué a fondo, mamé besé, comencé a alternar con Alberto, acaricié mis mejilas con sus pijas, me metí las dos en la boca, las dos pijas eran dos volcanes de preseminal que yo saboreaba encantado. Levanté mi mirada, Marcos y Antonio se besaban apasionadamente. Me concentré e la de Alberto, sin dejar de pajear a Marcos, le clavé tres dedos y comencé a chupársela violentamente, sentí sus gemidos a pesar de la fuerza con que se estaban besando. Empujé mis dedos a fondo y sentí el engrosamiento de su verga, su leche me inundó la boca. Alberto respiraba agitado, los dos me miraban, los miré, les mostré ...
    ... el lago de semen en mi boca y con mis ojos clavados en los suyos, tragué despacito toda la leche de Alberto. Ellos se miraron con amor, y me acariciaron la cabeza. Volví a la verga de Marcos, me dediqué a su pequeño, pero sensible glande, lamí y besé el agujerito, recorrí con mi lengua todo su borde, lo apreté con los labios. Cerraba mi boca y la ponía en la punta del glande y la hacía entrar forzada con los labios apretados para que sintiera como si estuviera penetrando un esfínter estrecho, me la tragaba a fondo. Alberto comenzó a ayudarme chupándole los pezones y mordiéndole el cuello. Para Marcos fue demasiado, gritó, se recostó más en el sillón, y le regaló a mi boca una carga gigante de leche caliente y dulce. -Dame un poco, no seas tacaño-, me pidió Alberto. Nos incorporamos y en un beso le pasé a la boca una parte de la leche su marido, que ahora era nuestro marido. Marcos se incorporó también, se unieron nuestras bocas y le pasamos también parte de su semen. Nos abrazamos fuerte y mirándonos tragamos el viril elixir de Marcos, que yo y mi querido Chichito habíamos exprimido. Ese, creo, fue nuestro brindis de casamiento. Me lavé la boca y la cara y, ya vestidos, nos quedamos charlando en la mesa de la cocina. Había que organizar mi ingreso. -Che, a vos te queda tiempo a la tarde?-, preguntó Alberto. -Si, con el laburo en el Ministerio, tengo toda la tarde libre. - No querés vender mis cosas? Deja buena guita. Vos ganás, yo gano y ya tenemos la misma excusa que tenemos ...