1. Albertito 3


    Fecha: 08/06/2019, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    Ahora tengo más de 50, estoy casado, igual que Marcos, Carlos, Daniel, Manuel y Ricardo, igual que Damián y Victor. El único soltero es Alberto. Somos muchos los tapados, verdad?, lo que se ve es la punta del iceberg solamente. Nunca supe si mis amigos siguen teniendo alguna clase de contacto gay, no los veo, y si los viera, de eso no se hablaría, seguro! Las cosas que tendría para contarles! Sin embargo,la vida tiene sus vueltas y a veces te da revanchas. Hace unos meses me encontré con Marcos en el car- wash, luego de más de 10 años sin vernos. Seguía conservando ese culito rico que siempre me dio ganas. Seguía delgado y musculoso, pero ahora pelado y arrugado, jeje. Le pregunté por los pibes del barrio, igual que yo, no sabía nada. -Y de Alberto, qué sabés? -Uuuh, Albertito?, con una socia tiene un comercio mayorista de artículos y equipos para peluquería, no sabés lo bien que le va!, la levanta en pala. Vive solo en la casa de los viejos, la recicló toda a todo lujo. A veces voy a visitarlo y tomamos unos mates-, me dijo con una sonrisa particular y sugestiva. -Che, cuando te venís a casa?, pero mejor a tomar café y no esos mates que tomás con Alberto- Se rió, nos reimos de buena gana, pero lo noté algo avergonzado. Cambiamos fonos y quedamos en vernos. Mi auto estuvo listo, le di un abrazo y me fui a casa. Me quedé pensando, al final el amor de Alberto se había hecho un lugar en el corazón de Marcos?, o de alguna manera especial, muy de puto, estuvo siempre? En esas ...
    ... mateadas, Marcos le ponía la bombilla de carne a su Chiche, qué duda cabía? Me dieron ganas, seguiría habiendo lugar para uno más? Marcos aceptaría mi pedido como lo hizo aquella lejana tarde de nuestra pubertad? Al otro día lo llamé. Me escuchó en silencio. -Dejá que lo hable. Te llamo en un rato. Fueron 15 minutos, pero me parecieron 15 horas. -Lucas, querés venir este domingo después del almuerzo? 2:30 está bien? El domingo, por esos motivos familiares que los putos casados conocemos, se mi hizo tarde, pero a las 3:00, con mi slip más sexy estaba tocando el timbre de la casa de Alberto. Por fuera la casa había cambiado poco, el cerco alto de ladrillos, el corto jardín delantero. Se abrió la puerta y apareció Alberto, en una bata de toalla larga, su rostro conservaba la frescura de la juventud, ni una arruga, todo el pelo, apenas largo y muy bien arreglado. Su voz era la misma, su sonrisa inocente la misma. -Lucas, qué gusto!, pasá te estábamos esperando. -Como andás Alber?, se te ve muy bien -Me cuido mucho, sinó la vida te pasa por arriba Con su caminar acompasado de siempre fuimos hasta la puerta de la casa. Entramos -Wow, qué lindo dejaste esto! -Vení que te lo muestro. Recordé cómo era la casa en tiempos de doña Teresa: la gran puerta de entrada daba a una especie de pasillo - estar ancho que terminaba en otra gran puerta que daba al patio trasero. A la izquiera, la cocina, el baño y el cuarto de lavado y costura, a la derecha dos dormitorios. Alberto lo había convertido ...
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