Don Isauro un pervertido Tendero. Parte 12ª. Final.
Fecha: 26/08/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues
... jovencitas y niñas, a su perra ”selena”, la trataba un veterinario cada mes, la tenía vitaminada, calcificada, y todas sus vacunas en orden, aparte que le daban estética en sus uñas, pelo y baños cada quince días en su casa. Ya para concluir este relato, la última aventura de este insaciable Isauro, ¡que no se cogía el sólo porque no se llegaba!, cierta mañana Salió a caminar con su perra “selena”, a un parque cercano a su casa, y de regreso una mujer joven le ofreció “aguacates y verduras”, él se paró a comprarle, entre estos alguna fruta que expendía en ese momento, así que le dijo que le llevara la compra a su casa que estaba a unos metros de distancia y que allá le pagaba, ya que no llevaba en ese momento dinero, cómo a la media hora tocaban a su puerta, Salió y era la marchanta de la verdura que le llevaba el encargo, la hizo pasar al umbral de la puerta, mientras le traía el pago de lo comprado, la joven señora vendedora, le pidió permiso de pasar a su baño, por lo que él la acompaño al traspatio, ya que ahí tenía uno de servicio, mientras él la esperaba en la sala, ya la vendedora pasó por su paga dándole las gracias por el permiso de entrar a su baño, ustedes se han de imaginar el vestuario de esa mujeres de nagua larga, de ropa escandalosa de colores, pues una parte de esa prenda falda, se le quedó atorada de algo de su ropa interior, y pues no se dio cuenta ella, hasta que Isauro “decentemente” le dijo, ¡mira nada más, vas enseñando la bombacha y las nalgas!, ella ...
... se jaló su ropa pero la prenda esa no bajaba, ¿a ver te ayudo?, la mano se dio a acomodar la prenda, pero entre los movimientos, pasaba el dorso de la misma en la abertura de las nalgas de la mujer, ¡gracias siñor, haber cuando paso!, para ofrecerle mis verduras, para eso ya Isauro caliente de haber rosado esas nalgas, ¡atrás de ella se acomodó!, cuando ella levantaba su canasta, el culo abierto de ella y la ropa resbaladiza de la tela, hizo erectarse inmediatamente, ¿no te vayas, vamos a platicar?, ¡no siñor, tengo que vender!, sino mañana con que compro, ¿cuánto vale lo que traes todavía en la canasta?, pos serán como cien pesos todavía, bueno mira te doy esos 100. =, pero vente un ratito a platicar, ya al rato te vas, ¿piro, si mi los da ese dinero?, claro que sí, mientras tomate un refresco conmigo para la calor, ¡siéntate allí, voy por unos vasos! Ya en plena platica juntos en un mueble grande, él se daba a acariciar la pierna envuelta por la ropa de indígena, ¡ay siñor es aste muy tentón!, ¡oye es que se me antojaron esas nalgas hace rato!, ¿no habría modo?, ¿modo de que siñor?, ¡pues de que tú y yo estemos juntitos un ratito!, pos, si ya estamos juntitos, ya hasta nos acabamos el refresco, ¿pero juntitos de otra forma?, ¿de cuál forma siñor?,¡ pues sí mira, así como pegaditos!, ay siñor, ¡anda usted alborotado, verda de dios!, ya de tanto que le decía cosas, ella no lo entendía bien, hasta que se desesperó Isauro, y ya se la soltó como debe de ser. ¡Mira María tú y yo ...