La tía Lilian (par 2) Primer e irrepetible encuentro de sexo
Fecha: 01/06/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... ese llamado a despertar al salvaje instinto pasional.
La dejé tenderse, se colocó volcada sobre una almohada, quedando el culito bien elevado, ni falta hizo pedirle colaboración, sus manos separaron las nalgas para facilitar la visión de ese culito levemente rosado, libre de todo vello, ofrendado para honor y gloria de su hombre. Un beso furtivo previo a la saliva para lubricar el hoyito.
La verga rescatada de la húmeda vagina, lleva restos de sus jugos para iniciar la introducción en el ano. Juego con las manos en las nalgas, moviendo y agitando, para suavizar la tensión muscular y favorecer el introito de la gruesa cabezota en tan estrecho acceso. El primer gemido se reprime con la pausa, el segundo empujón respondido con el jadeo de permitirle la entrada, otra pausa para generar el tiempo del relax que afloje algo la tensión refleja, y otro avance, otra pausa jadeada y… el avance final, todo dentro!!
Con la pija a tope, permanecimos estáticos, aferrado a sus hombros con la fuerza de alguien que se sostiene sobre el borde del abismo para no caerse, presagio de un embate con el vigor del salvaje que necesita esta potra para ser domesticada.
El movimiento de la cogida anal se manifiesta al máximo, la penetración se intensifica en cada envión. El miembro es un pistón entrando y saliendo con la fuerza arrolladora. Los gemidos y jadeos ya no son acallados por Lilian, la vorágine sexual la envuelve y enciende, se pierde en el delirio de sentir como sus entrañas son ...
... arrasadas y devoradas por una emoción que supera sus expectativas. Ya no importa el fragor de la fricción, ni los dolores lógicos de la falta de uso. Necesita expresarse para sobrellevar el dolor de la cogida, entre jadeos y gemidos puedo escucharla desde la lejanía de mi propio goce:
- Así, así, quiero sentir a mi macho, sentirte rompiendo mi culito. Dale, dale!! Haceme el culo, rompe el culo de tu mujer, de tu hembra… más, más…
Esas palabras jadeadas eran el grito de guerra, la guerra sin cuartel, sin treguas hasta la victoria, hasta conseguir el delicioso martirio de correrme entre sus gritos de placer y de dolor, vaciar mi energía viva entre las nalgas vibrantes de la tortura de su propia calentura.
Comienzo a sacudirme en sus entrañas, a jadear más allá de mis fuerzas, jadear y ahogarme en el gutural grito de triunfo cuando el primer latido del chorro de semen se expande dentro del culo de Lilian.
Otro grito, otro chorro, y otros más hasta agotarme en la entrega del caudal lácteo vertido en tan delicioso recinto.
Tendido sobre su espalda, abrazado y apretando sus pechos permanecí los instantes siguientes a la descarga seminal. Besando la espalda de la potra sometida y domada por el salvaje macho que la posee. Ahora es la calma que se recrea después de la tormenta, los latidos van menguando en intensidad hasta desaparecer, es momento de retirarme, despacio, desocupando el cálido estuche que ocupé más allá de sus dimensiones.
Salgo despacio, hasta quedar ...