Anita de tus deseos (capitulo 10)
Fecha: 21/06/2017,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos
... dio tiempo a colocar la autocaravana: nos habían reservado un buen sitio cercano a la zona de sanitarios. El camping estaba a medio ocupar. Los fines de semana hay mucha actividad montañera en dirección al Aneto y a los otros picos del parque natural, y de esquí, en la cercana estación de Cerler. En la recepción, nos dijeron que entre semana íbamos a estar prácticamente solos.
Para cuándo se hizo de noche, papá ya estaba conectando el cable de la luz para dar energía a los radiadores que iban a hacer falta: hacía un frío de cojones. Papá me miraba y se reía porque metida en el plumas y con la capucha subida, solo se me veía la nariz.
—¿Ponemos el avance? —le pregunté.
—No, porque me han dicho en recepción que esta noche se espera nieve. Si cae mucha nos puede hundir el techo.
—Lo decía porque me apetece cenar barbacoa.
—Pues lo montamos, pero cuándo nos vayamos a la cama, por lo menos hay que quitar las barras y dejarla caer.
—Pero… entonces no podemos salir.
—Salimos por la puerta de delante.
—Claro, ¡qué tonta!
Montamos la barbacoa, la encendimos y estuvimos con las cosas que había traído de casa: chorizos, morcillas y panceta. La verdad es que comí cómo una cerda.
—Todas estas cosas me encantan, pero engordan de cojones, —dije metida en mi plumas. Me sentía rara comiendo con tanta ropa, incluso con guantes.
—No te preocupes que cuándo hagamos las excursiones vas a quemar todo esto y mucho más, —dijo papá riendo.
Cuándo terminamos, lo ...
... recogimos todo y quitamos el avance porque además de empezar a nevar empezaba a soplar viento fuerte.
Entramos en la autocaravana y el impacto con el calor fue tremendo.
—¡Por Dios! Que gusto, —dije empezando a quitarme el plumas y toda la ropa que llevaba debajo.
—Hija, tienes más capas que una cebolla, —bromeó papá mientras se quitaba también el plumas. Terminé de desnudarme rápidamente y me tumbé en la cama mientras papá recogía la ropa que yo había dejado tirada, la doblaba y la colgaba del armario: papá es un poco obseso del orden, pero yo no. Mientras terminaba, le esperaba sobre la cama, abierta de piernas mientras me tocaba el chocho con la mano. Terminó y de un cajón sacó una cuerda y un rollo de cinta adhesiva negra que suele utilizar para atarme. Me puso bocabajo y con la cinta sujeto mis muñecas a los codos. Mis antebrazos quedaron paralelos y cruzados por mi espalda. He notado que esta forma de atarme le gusta especialmente a papá: dice que las tetas se me disparan. Debe de ser cierto porque después suele estar mucho tiempo chapándome los pezones y sobeteándome las tetas. Se tumbó a mi lado y empezó a besarme y mordisquearme los pezones que todavía no habían reaccionado con el calor y los tenía duros cómo piedras. Después paso a mis labios mientras con la mano me estimulaba la vagina. Al poco tiempo me llevó al primer orgasmo mientras mantenía su boca pegada a la mía y respiraba mis gemidos de placer.
Mientras me recuperaba del primero, cogió la cuerda y ...