1. Anita de tus deseos (capitulo 10)


    Fecha: 21/06/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos

    No me gusta ver a mi papá con otra mujer, aunque yo esté involucrada. No me gusta y ya está. Desde que estuvimos en casa de Paco algo ha cambiado en mí. No hacia él que sigue siendo mi punto de referencia, el faro que me guía. Es algo interior, esa desazón que me embarga al comprobar que no soy su única mujer, que puede intercambiarme por otra. Me da igual tener que follar o chuparle la polla a otro tío sea conocido o no: siempre haré lo que me diga papá. Eso lo tengo claro. Lo que me descompone y me llena de tristeza es pensar que puede encontrar a otra mujer mejor y compartirme con ella.
    
    Sé que se ha dado cuenta porque me lee cómo en un libro. Es capaz de mirar en mi interior y saber cuál es mi estado de ánimo, pero no dice nada. Sigo obedeciendo sus deseos, incluso más que antes si eso fuera posible. Me esfuerzo en demostrarle que nunca encontrará a otra cómo yo.
    
    Papá pidió diez días libres en el banco, cogimos la autocaravana y nos fuimos a un camping del Pirineo, cercano a Benasque. Salimos un viernes muy temprano: mucho antes de que hubiera tráfico en las salidas de Madrid. Yo no me enteré mucho porque me quedé dormida en el asiento del acompañante y abrí los ojos cuándo estábamos circunvalando Zaragoza, próximos a la AP-2.
    
    Paramos para desayunar en una zona de servicios del peaje y emprendimos el viaje. El tiempo era desapacible y llovía a cantaros, pero en el interior del vehículo se estaba bien: la calefacción estaba a tope.
    
    —Vete atrás, quítate la ...
    ... ropa, ponte la bata y regresa, —me ordenó. Me quité el cinturón de seguridad y pasé al interior para cumplir la orden de papá. Regresé y me senté en mi sitio. Papa me miró de reojo sin dejar de prestar atención a la carretera: seguía lloviendo cómo si nunca lo hubiera hecho—. Ábrete la bata, saca los brazos y ponte el cinturón.
    
    Lo hice y me quedé desnuda. Seguimos así todo el trayecto hasta Lleida. Prácticamente nadie se dio cuenta salvo cuándo adelantábamos a algún camión, y eso que levantábamos una cortina de agua descomunal. La situación me ponía extremadamente cachonda y creo que más, el hecho de que papá no me tenía a mano por la separación de los asientos. Me iba indicando todo lo que tenía que hacer cada vez que adelantábamos a un tráiler, además de que me masturbaba continuamente.
    
    A la hora de comer y después de casi diez horas de viaje, paramos en la entrada de Pont de Suert para repostar, a pesar de estar a sesenta kilómetros de nuestro destino, papá no quería seguir sin llenar el depósito porque la previsión daba nieve, y abundante. Por supuesto, cuándo paramos ya estaba vestida otra vez: lo hice cuándo circunvalamos Lleida.
    
    Después de repostar aparcamos en el centro del pueblo y buscamos algún sitio para comer. Estuvimos tiempo charlando. Dimos un paseo por el pueblo y reemprendimos lo que quedaba del viaje. Fue complicado porque había mucha nieve en los márgenes de la carretera y había que ir con precaución.
    
    Llegamos cuándo empezaba a anochecer, pero nos ...
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