La fantasía de mi esposo
Fecha: 21/08/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Paty13, Fuente: CuentoRelatos
... polla de cerca de 22 centímetros con escaso vello y un par de testículos enormes. A una seña mía de nuevo se puso sobre mí con su polla cerca de mis tetas. Yo, con las manos me las cogía e iba pasando mis pezones por la punta de su pene e iban quedando mojaditos con su líquido preseminal. Cuando ya no aguantaba más, abracé su polla con mis tetas. Ramón comenzó a moverse arriba y abajo suspirando y acariciando mis pezones con la yema de los dedos al tiempo que me decía muchas cosas, a cuál más soez, pero eso no es problema porque me calienta mucho. Mi esposo, en un considerable estado de excitación también estaba con la polla fuera, envuelta con mi sujetador, masturbándose. Yo quería probar más la polla de Ramón y en un momento que mi esposo tenía los ojos cerrados, según Ramón embistió bajé la lengua y pude chupar un poco su pene. Realmente estaba deseando tener esa polla en otros sitios, aunque hacerle una cubana me excitaba mucho. Poco rato después notaba como a Ramón le quedaba poco tiempo para correrse, al igual que mi esposo que meneaba su polla casi con violencia. A un gesto mío, que entendió perfectamente, mi esposo vino a mi lado y me ofreció su polla.
En un instante estaba en mi boca y yo la succionaba con avaricia. Contemplar esto fue el detonante para que Ramón embistiera con más fuerza previo a correrse. Afortunadamente, mi esposo se corrió un poco antes y tras tragarme toda su corrida se apartó justo a tiempo para ver como la polla de Ramón comenzaba a escupir ...
... chorros de semen que impactaban en mi barbilla y en mi cuello. Los alaridos de Ramón seguramente podrían oírse en las habitaciones contiguas. Ramón quedó apoyado con sus manos sobre la almohada y su polla entre mis tetas. Con el más mínimo movimiento podría haber puesto su polla en mi boca, pero lo pactado no era eso y él lo sabía. No obstante, al levantarse trató de llegar, como sin querer, con su polla a mis labios, pero viendo que mi esposo estaba bastante atento moví la cabeza lo justo para que no se produjera ese contacto. Una vez levantado, el cubano fue al baño para limpiarse. Yo aproveché unas toallitas que había sobre la mesilla para limpiar la corrida que Ramón había dejado en mi cuello y pechos. El bamboleo de éstos mientras limpiaba comenzó a calentar de nuevo a mi esposo que ya tenía de nuevo su polla erecta.
-¿Y tú te vas a quedar sin correrte? -me dijo.
-Pues parece que sí -contesté un poco apenada.
-Eso lo soluciono yo ahora.
Se acercó a la cama y me despojó del short que llevaba puesto. Acto seguido me bajó las braguitas y abriéndome las piernas se situó entre ellas y de un empujón me clavó su polla. Como estaba ya muy mojada de la excitación que yo también tenía no me causó ninguna molestia y si una ola de súbito placer. Embestía casi con rabia, como queriendo castigarme por haber hecho una cubana a otro hombre, pero en cada empujón yo gemía de gusto. Vi como Ramón ya vestido salía del aseo. Se quedó un instante mirando la escena y pude ver como ...