1. ¿Desea algo más el Señor?


    Fecha: 06/04/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Elegos, Fuente: CuentoRelatos

    ... las manos juntas. No sé porque aquello me excitó. Estaba en bata y debajo solo llevaba los pantalones del pijama. Él seguía de rodillas suplicando y poco a poco fue acercándose. Se abrazó a mis pantorrillas, luego a mis muslos. Luego metió la cabeza en mi entrepierna.
    
    Me apartó la bata y me sacó la polla y empezó a chupármela. La chupaba de miedo, se la metía hasta los huevos, y no la tengo pequeña. Cuando sentía arcadas la sacaba y seguía chupando. Como me estaba cansando de estar de píe, lo cogí de los pelos y lo llevé de rodillas por toda la habitación hasta la cama. Me senté y le obligué a seguir chupándomela. — ¡Uff! Mmummn ya pensaba que no le gustaba— Me dijo mientras se la volvía a meter en la boca. Me recosté hacía atrás mientras él seguía. Con una mano me acariciaba el abdomen y los pezones. Con la otra me acariciaba los huevos o me pajeaba, pero mi polla no salía de su boca. En un momento dado empezó a imprimir un ritmo frenético y le dejé hacer. Tuve un fantástico orgasmo, largo e intenso. Eyaculé varias andanadas las cuales tragó sin inmutarse, hasta se relamía el cabrón.
    
    Se levantó, se cuadró y dijo — Disculpe las molestias, Señor. Espero que termine de pasar una buena noche. Si tiene cualquier otro contratiempo solo tiene que descolgar el teléfono—. Se dio media y se fue.
    
    Me quedé relajado y medio dormido como 1 hora. Pero seguía empalmado. Así que descolgué el teléfono y escuche su melodiosa y suave voz
    
    —Buenas noches Señor, ¿qué puedo hacer por ...
    ... usted?
    
    — Sí, esto me preguntaba si sería posible conseguir una caja de condones a estas horas.
    
    — Tenemos un dispensador, Señor. Ahora mismo se la subo.
    
    — Gracias Carlos
    
    — ¿Desea algo más el Señor?
    
    — Esto, ¡sí! Creo que nos hará falta algo de lubricante, pero eso lo dejo a tu criterio
    
    — ¡Muy bien Señor! Ahora en seguida se lo llevo todo
    
    No tardó ni 5 minutos en llamar a la puerta. Venía acalorado. Le hice pasar. Me entregó los condones y un lubricante a medio usar.
    
    — ¿Desea algo más el señor?
    
    — ¡Sí! Ya que estás porque no te quitas la ropa, toda la ropa, menos la pajarita que me mola—. Se quitó toda la ropa menos la pajarita roja que llevaba al cuello. Tenía un cuerpo perfecto, bien definido y una polla que empezaba a levantarse. Aquella tranca bien dura seguro que media cerca de 25 centímetros y apuntaba a que era gorda, gorda.
    
    Me tumbé despacio en la cama, desnudo. Mientras él seguía allí tieso, de píe, desnudo y medio empalmado. Me molaba mucho hacerlo esperar.
    
    — ¿Desea algo más el Señor?
    
    Le indiqué que se tumbara. Empecé a acariciarle el pelo y luego a explorarlo con las manos. Cuanto más lo exploraba, más lo deseaba. Él se dejó hacer. Poco a poco empecé a besarlo. Su boca era deliciosa, mi polla ya lo había comprobado antes. Mis manos llegaron a su polla y el soltó un gemido de placer. Empecé a pajearlo y me encantaba aquella enorme polla. Empecé a mirarla y quedé hipnotizado por ese agujero de su polla. Sin saber cómo empecé a comerme ...