1. Daniela y Sofía, madre e hija


    Fecha: 19/08/2017, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... ahogado por una almohada, la imagen era tan erótica que de nuevo sentí la explosión de placer. Ella quedo exhausta y yo la mirona también. Ella poco a poco volvió su compostura, se puso de pie frente el espejo de cuerpo completo y se acarició lentamente cada rincón de su cuerpo. Así estuvo un par de minutos y se despidió de su reflejo con un beso pícaro. Se acostó en la cama y apago la portátil. Volví silenciosamente a mi cuarto con esas imágenes en mi cabeza, me masturbé de nuevo súper inspirada, recorriendo mi juvenil figura y dándome una paja deliciosa, la lluvia se terminó, y se revelaba que ya estaba cerca otro día, dormí placenteramente. Después de esa noche comprendí el mundo de la masturbación, me permitió descargar mi tensión sexual acumulada, usaba mi imaginación por las noches, llevando a mi cama a través de mi imaginación mis compañeras del colegio, vecinas, amigas, famosas de la tele, actrices, modelos y vedettes, pero había una figura de la cual estaba obsesionada, mi hermosa madre. Esperaba que ella volviera a hacer su show para espiarla pero no lo hizo. La veía con más lujuria que antes, me quedaba como tonta viendo su figura, y buscaba como fuera la forma de abrazarla y fingiendo descuido rozaba sus senos, glúteos y muslos internos. Luego me masturbaba donde pudiera. Durante un par de semanas pude darme cuenta que los sábados y domingos de madrugada hacia sus noches de fantasías, siempre de 1 a 5 de la madrugada. Me encendía de todas las formas posibles, ...
    ... ella comenzaba usando crema sobre su cuerpo, luego acariciaba su cuerpo y comenzaba a autocomplacerse, miraba uno o dos videos porno, por lo que pude ver usaba dos consoladores enormes, uno de plástico transparente y duro y otro de goma también enorme y terminaba con una paja fabulosa. Yo quería saber más. Mi madre muy cuidadosa con sus noches de autosatisfacción guardaba su biblioteca de videos porno y aparatos muy bien. Nunca tenía tiempo de espiar su cuarto. Un día llegue más temprano del colegio, en un par de horas llegaría mi madre. Así invadí su habitación, busqué y busqué, pero no logré encontrar algo de lo que usaba. Sin embargo me topé con la cesta de ropa sucia, vi adentro y me encontré una tanga animal print de leopardo que olía a sexo femenino, me envicié de ese aroma, me quité mi ropa y me lo puse. Me puse frente al espejo de cuerpo completo donde ella siempre completaba sus noches de placer y me comencé a frotar como ella lo hacía siempre y observaba mi figura. Mi piel blanca, mis ojos celestes y cabello rubio por herencia de mi padre (descendiente de austríacos), pero mis pechos aún pequeños pero redondos y mi cintura eran el fiel reflejo de mi madre, así también mi mirada y mis labios, me di vuelta y observe mi trasero hermoso tal cual como de mi madre, al frotar mi trasero no aguante y me masturbe al verme en el espejo sentía más placer, caí de rodillas y me paje hasta el orgasmo increíble, me tumbé en el piso. Estuve unos minutos allí, observé el ropero y mire ...
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