EL CAMPAMENTO - Relatos Eróticos

EL CAMPAMENTO

Ya hacía un tiempo que había tenido a nuestra niña y me encontraba en ese momento el cual el cuerpo me pedía que empezase a trabajar y ocupase el tiempo en otra cosa que no fuese cuidar a la niña. Yo era maestra de profesión y mi marido comercial de una multinacional lo cual le obligaba a pasar temporadas largas fuera de casa y eso a la vez hacia que yo no pudiera trabajar de una forma normal ya que la niña era pequeña y no podía dejarla con nadie. También es verdad que con el sueldo de mi marido nos daba para vivir más que holgadamente pero mi necesidad de trabajo no era económica sino vital.Pero los puestos que encontraba de maestra no me permitían compatibilizar el cuidado de la niña con ellos. Y realmente la enseñanza era mi pasión no contemplaba ningún otro tipo de trabajo. Cuál fue mi sorpresa cuando se pusieron en contacto conmigo desde educación para ofrecerme un trabajo que se acomodaba a mis necesidades. El único pero era que tendría que estar quince días fuera de casa. Era de monitora en un campamento educativo y podría llevar a mi niña allí para poder cuidarla sin problema. A mi marido no le hizo mucha gracia pero consegui que lo entendiera y lo acepto con agrado al final.Pues llegó el día. El campamento estaba a unos cincuenta kilómetros de donde vivíamos. Fui con tiempo para poder asentarme bien. No era un campamento muy grande. Había dos barracones grandes que servían para poder alojar a los chicos/as. Y luego otros tres barracones más entre los cuales se ...

... encontraban la cocina comedor, el aula y el dormitorio de los profesores. Me explicaron que sería un grupo de mixto de 20 adolescentes de sobre 16 años y el cuerpo docente seríamos una cocinera y cuatro profesores. Por las mañanas saldrían de excursión y por las tardes recibirían clase. Mi cometido era el de darles clase por las tardes y me alojaría en uno de los barracones con ellos el cual tenía una habitación sola para mi y mi niña. Ellos dormirían juntos y así los podría vigilar. Me pareció estupendo, tenía las mañanas libres para hacer mis cosas, a la tarde dar las clases y podía tener a la niña todo el tiempo conmigo. Las noches empezaron siendo un poco caóticas. Tenía a mi cargo nueve chicas y un chico, bueno chico era pero se veía claramente que le gustaban más los chicos que a las nueve locas que dormían con el, jajajajaja. No había manera de que se callaran. Dormían e camas diferentes a las que se les habían asignado, unas con otras ......... Bueno un desastres como podía ser para chicas de su edad. A medida que fueron pasando los días se fueron tranquilizando y las noches empezaron a ser tranquilas.Era la primera noche de la segunda semana, me había despertado para dar de comer a la niña y cuando fui a acostarme escuché algo así como unos gemidos. Apague la luz de mi cuarto y con mucho cuidado abrí la puerta. Era Pedro, veia su cara, se retorcía de placer en la penumbra. Le salían unos gemidos ahogados. Veía u bulto como subía y bajaba en su entrepierna. Se estaba ...