EL CAMPAMENTO - Relatos Eróticos

EL CAMPAMENTO

... masturbando de lo lindo. Mi primer impulso fue de salir a pararlo pero no lo hize. Me quedé mira desde el lugar privilegiado que tenia y pensé que a la mañana hablaría con el. Bastante mal rato se llevaría cuando hablase con el como para ir en ese momento a pararle. Decidí dejarle tranquilo y meterme a la cama y en el momento que iba a apartar la mirada del expectaculo se cayó la manta y quedó la silueta de una chica desnuda con la polla metida en la boca, moviendo la cabeza arriba y bajo sin parar. Me quedé de piedra. Joder con Pedrito, pluma pluma pero le daba a todo. No conseguía ver qué chica era. Espere a que terminara y cuando levanto la cabeza para limpiarse de la comisura de la boca la leche que le había sobresalido de su boca por la corrida vi que era Lucía. Ni corta ni perezosa se pasó los dedos por la cara y luego los chupo y con qué ganas. Volvió a agachar la cabeza y lamió la polla de Pedro hasta dejarla bien limpia. Que maestría yo no lo hacía mejor que ella. Y solo tenía dieciseis años. Puuuuuuuffffffff. Vaya escuela tenía.Acto seguido se levantó de encima de Pedro y cuando se dirigía a su cama paro a la altura de la cama de Natalia tiro de las mantas dejando el cuerpo desnudo de Natalia al descubierto. Se dirigió a la cabeza de la cama y empezó a besar a Natalia. Mientras la besaba apasionadamente sus manos empezaron a jugar con las tetas de Natalia. Había que decir que Natalia tenía unas tetas enormes, mucho más grandes que las mías y yo tenía 140 de pecho. ...

... Eso sí las suyas se veía que estaban más duras que las mías que ya estaban caídas por la edad y la maternidad. Mientras acariciaba esos enormes pechos se subió a la cama y buscando su boca se sentó en su cara dejando su coñito depilado a la altura de la lengua de Natalia que se lo empezó a chupar sin parar. Empecé a notar como se me empezaban a mojar las bragas, estaba cachondisima para cuando me di cuenta tenía mi mano entre las piernas y estaba masturbandome. No lo entendía, a mi no me atraían las mujeres, nunca, pero Lucía me estaba haciendo sentir deseos por ella. Movía su cadera encima de la cara de Natalia sin parar. Se veía el placer y vicio en su cara. Empezó a gemir más fuerte como si no le importará que la oyeran. Para aplacar los gemidos se tumbó encima de Natalia poniendo su cabeza en tres sus piernas y empezó a lamerle el coño peludo. Que 69. Empezé a sentir envidia. No podea ser yo deseando a una mujer, a una niña mejor dicho. Por que no dejaba de ser una niña de dieciséis años. Pero la realidad era que no podía dejar de mirar ese expectaculo y de pasar y repasar mi coño húmedo y chorreante. Me corrí y de qué manera, creo que me escucho Lucia viendo el movimiento de su cabeza mirando a la puerta de mi habitacion. Me aparte rápidamente y no me volví a asomar. No quería tener ninguna sorpresa y me pillaran espiando. No pude dormir en toda la noche. No podía dejar de pensar en ese cuerpo en como me gustaría que perdiera la cabeza entre mis piernas mientras yo pierdo ...