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Perla y Dany parte 1
Fecha: 04/01/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... sacado por encima de mi ropa. La tenía dura y babeante, sedienta de acción. Sentía que en cualquier momento lanzaría chorros de leche al aire, mientras esa joven cabalgaba al tio metiendose sola esa oscura barra de carne. Y el tio obeso disfrutaba acostado de espaldas sobre un sillón viejo con su sobrina sobre él y masajeando sus pechos mientras ella no deja de cabalgar y saltar de encima de él ensartando todo su pedazo negro de carne. Justo estaba en trance imaginando que era yo quien de la cogía cuando de pronto escucho unos pasos. Alguien se acercaba corriendo. Apagué el tel para que no me delatara su luz o el sonido del video. De mala gana guardé me verga apuntando hacia arriba por que debido a que la tenía parada a todo, no cabía bien dentro de la ropa. La detuve hacia arriba sostenida por el resorte del short deportivo. Me salía más de la cabeza pero la playera cubría bien. Maldita suerte pensé quedándome quieto y escondido en ese arbusto. Y esperando que quien sea que fuera se alejara pronto y me dejara continuar. Mi sorpresa fue mayor cuando lo que apareció ante mis hijos era una niña de no mayor de 12, era del grupo de chamacos que jugaban por ahí. Justo se alejaba de ellos para bajar al río a hacer pipí. Deteniéndose justo a sólo un metro de distancia de mi, sólo que hacia arriba. Yo abajo entre los arbustos escondido, ella no podía verme. Justo ahí ella volteo hacia atrás y notando que ya no la veían levantó su faldita, bajó su calzoncito blanco y se sentó en ...
... cuclillas a hacer pipí. Mis ojos no podían creer lo que veía. Si mi erección se había bajado al escuchar que se acercaba, pero con esa visión cobró vida en un segundo y luchaba por ser liberada de ese resorte que la detenía. El chorro de pipí era abundante y aun que ya estaba casi oscuro podía apreciar su hermosa vagina virgen sin bello, rosadita y terriblemente antojable. Se contraía al liberar esa orina cálida que casi salpicó mi frente al salir disparada. Un río de ese manjar corrió río abajo donde estaba justo mi barbilla. Lo pude oler y moría por beberlo y saborear lo que esa rica conchita liberaba ante mi. Mi corazón latía a mil por hora, la niña ni se percataba que justo a un metro de distancia estaba yo observando toda su hermosa y virginal vaginita. A lo lejos se escuchaba que las risas de sus amigos o vecinos se iban alejando. Ella apresuró a sacar un papel para secarse. Pero justo al querer hacerlo se resbala hacia atrás y cae sentada levantando las piernas dejándome ver más de su belleza. No lo pensé dos veces y aún que mi corazón salía de tanto miedo salté de ese arbusto sobre ella. Me coloqué con la cara entre sus piernas, sin importar caer de pecho sobre su río cálido de pipí que acababa de liberar. Con la mano izquierda rápidamente tapé su boca y con la derecha puse toda mi fuerza en su estómago para no dejarla mover ni gritar aún que si lo hacia el ruido del agua haría que se perdiera río abajo, pero no me podía arriesgar. Mi boca se apoderó de inmediato de ese ...