Alicia y sus cuñados 2
Fecha: 27/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ViejoPervertido69, Fuente: SexoSinTabues
... Roberto. Pero Alicia, tenía remordimiento de conciencia, aún. Le afligía el haber sucumbido tan fácilmente en las garras de sus cuñados. Rogelio y Roberto, realizaban grandes esfuerzos todos los fines de semana, para ponernos ebrios, a mi esposa y a mí. Yo les seguía la corriente, pero mi esposa ya no quería caer en su juego, y se negaba a ingerir licor. Estoy seguro, que mi señora, recordaba cada detalle, de aquella vez, en que se la empinaron sus cuñados. Aunque finja perdida de memoria, por el estado de embriaguez que tenía aquella noche. Si mis concuños, le revelaban, que ya le habían embutido la verga; ella fácilmente, los podría acusar de abuso o inclusive de violación. Y eso, ellos lo sabían. Así que no encontraban la forma de cogerse nuevamente a mi mujer, sin delatarse. Mis concuños, estaban desesperados, por volver a meterle el garrote a mi mujer, la acosaban a cada minuto, a veces lograban rozarle sus gordos penes, en las nalgas o la panocha de mi esposa, siempre sobre la ropa; pero Alicia, inteligentemente, no se despegaba de sus hermanas, manteniendo a raya, a sus calientes cuñados. Con el paso del tiempo, se resignaron y se conformaban con contemplar los atributos de mi mujer, cuando distraída mostraba parte de sus intimidades. A partir del día que pillé a Rolando, fisgoneando a mi señora, simulaba salir temprano a buscar chamba, pero solo me retiraba unos metros de la casa, y agazapado, bajo las ramas de un árbol, esperaba la llegada de Rolando con sus hijos. ...
... Esperaba unos minutos más, y luego, me escabullía hasta el pasillo, y observaba todo lo que ocurría en el interior de nuestra recamara. Previamente, sin que nadie se diera cuenta, había instalado una mirilla en la pared (Las que se colocan en la puerta principal, para ver quien toca, antes de abrir), pero al revés, de tal forma, que del exterior, se viera para adentro; y así, no tener que estar temeroso, de que me descubrieran, cuando daba rienda suelta, a esta nueva inclinación mía, ser un mirón empedernido. A través de la mirilla, fui testigo de los avances de Rolando, para atisbar y sobar a mi esposa. Los siguientes días, Alicia dormía con pantalones cortos y su camisetita. Mi suegra continuamente pasaba por nuestro dormitorio, ya que estaba cuidando a sus otros nietos, mientras tanto, Rolando acostaba a su pequeño hijo. Mi concuño no tenía las manos libres para actuar, y solo se limitaba, a sacarle fotos a mi señora, desde diferentes ángulos y acercamientos, a veces tenia que mover un poco su ropa, y lo hacia cuidadosamente, tomaba la tela de la parte inferior, de las anchas entrepiernas, y se los subía, hasta que mi mujer, mostraba sus voluptuosos encantos, y mi concuño, accionaba el clic de su cámara, usurpando así, mi derecho de exclusividad para contemplar sus intimidades. En ocasiones, tenia oportunidad de acariciar las piernas de mi mujer. Lo hacia con delicadeza para no despertarla, luego sus manos iban hasta los enormes cantaros de carne de su busto, palpaba su ...