Alicia y sus cuñados 2
Fecha: 27/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ViejoPervertido69, Fuente: SexoSinTabues
Mi mala suerte se empeña en acompañarme. Todas las mañanas, tomábamos el periódico, mi esposa y yo, mirábamos los empleos nuevos, y salíamos a buscar el anhelado trabajo. Hasta que una tarde, al regresar, mi esposa me esperaba con una sonrisa en los labios, había conseguido empleo en una agencia que realizaba inventarios a centros comerciales, me comunicó que el único inconveniente, era el horario: entraba a las 10 de la noche y salía a las 5 de la mañana. Pero necesitábamos mucho el dinero, como para fijarnos en pequeñeces; así que, gritamos, saltamos y nos abrazamos felices. Pasaban las días veloces, mi esposa le echaba muchas ganas al trabajo, no la molestaba con mis quejas, pero miraba con temor que convivíamos muy poco tiempo. Ella laboraba arduamente de lunes a viernes. Cuando llegaba cansada del trabajo, le preparaba algunos alimentos, mientras se daba una ducha, luego, almorzábamos juntos, después, como a las seis de la mañana, se retiraba a dormir, y yo, partía a seguir buscando trabajo. Pero siempre, regresaba con la cola entre las patas, sin conseguir chamba. En la tarde, mi mujer se despertaba, se bañaba nuevamente, se maquillaba, platicábamos unos minutos, luego la acompañaba, hasta dejarla en la puerta de su trabajo. Una mañana, se me había hecho tarde para salir a buscar empleo, así que regresaba presuroso de la tienda, dónde me había mandado mi suegra, para que le comprase un litro de leche. Al pasar por el pasillo, mire hacia el interior de nuestra ...
... recamara, para comprobar si Alicia, ya se había dormido. Observé a mi esposa, tumbada sobre la cama, estaba de lado, casi boca abajo, sus brazos tapaban su bello rostro, tenía una pierna encogida y la otra estirada, por lo que la falda de mezclilla mostraba gran parte de sus macizos muslos. Alicia, normalmente para dormir, vestía eróticos babys doll o pequeñísimas batas transparentes, sin ropa interior; pero, desde que entró a trabajar, su vestimenta para dormir en el día, consistía en lo siguiente: No se pone sujetador. Sus calzones, todos son tangas de hilo, de diferentes colores, unas de tela de algodón, otras de seda. Short (Pantalones diminutos), le quedaban a la cadera, debajo de su precioso ombligo, creo que solo llega a taparle su monte de Venus, y de longitud, tan corto que, casi enseña la totalidad de sus esplendorosas nalgas, muy flojos de la entrepierna, de diferentes tipos de tela, pero siempre utiliza, los de tela suave para dormir, son muy confortables. Camisetas sin mangas, de anchas holguras, de tela suave y transparente. Pero en esta rara ocasión, se había puesto la misma ropa con la que fue a trabajar, una falda de mezclilla. Estaba tan cansada la pobre, que no le dio tiempo a cambiarse. Rolando cargaba a su hijo de tres años, estaba profundamente dormido y lo recostó en la otra cama. Luego caminando de puntillas, muy sospechoso, se asomó afuera de la puerta. Yo me agazapé, de tal forma, que no me viera mi concuño. Rolando, regresó de puntillas y se situó a unos ...