Alicia y sus cuñados 2
Fecha: 27/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ViejoPervertido69, Fuente: SexoSinTabues
... fotografiando el enorme hoyo de su culo y como escurrían goterones de semen de su interior. Claudia, se había llevado a su madre y a sus hermanas a Laredo, de compras. Alicia, aunque la invitaban, desistió, porqué el coche era pequeño, e irían muy apretadas si aceptaba acompañarlas. Rogelio llegó en su coche y nos invitó a la quinta campestre de Rolando, asarían carne y tomarían cerveza. Mi esposa sospechando lo peligroso que era estar sola con sus cuñados, no aceptó, pero yo, al conocer también el peligro, le rogaba que aceptara la invitación, que lo hiciera por mí, que estaba muy aburrido. A base de mi insistencia acepto. Tomamos alguna ropa y nos subimos al coche de Rogelio. Alicia enfundada en un precioso bikini blanco, enseñaba completamente sus enormes nalgas, ya que la parte trasera del dichoso traje, consistía en un delgado hilo que se perdía en medio de sus monumentales nalgas, por delante un pequeño triangulo cubría su intimidad más preciada, la parte superior solo ocultaba sus gruesos pezones. Al salir del agua, la poca intimidad que escondía, quedaba a la vista, al traslucirse toda su figura. Mis concuños, también andaban en traje de baño, pero eran tan diminutos apenas si ocultaban su verga. Su vello púbico estaba a la vista, y todos traían tremenda erección, que hacía que se levantara una parte de su traje. Si te parabas a un lado de ellos, alcanzabas a mirar, parte de la piel de su gruesa verga. Mis concuños se encargaron de servirnos licor a todo momento, ...
... hasta llegar al punto de estar algo mareado. Alicia ya estaba totalmente borracha. Alicia se contoneaba con sus redondas formas, alrededor de sus cuñados, mirando lascivamente, como se balanceaban sus cipotes, cuando pasaba ella. Rogelio y Roberto, la abrazaban por cualquier cosa, restregando su reata, en el bello cuerpo de mi mujer, y manoseando, sus monumentales redondeces cuando me descuidaba. Mi esposa reía tontamente, y les tocaba la gruesa verga, como si fuera de manera accidental. Mi esposa, los miraba cachonda, por su borrachera, no disimulaba nada cuando su vista se clavaba en el bamboleo de sus enormes vergas. Ellos, tampoco disimulaban ya, no les importaba que estuviera presente, a tan solo unos pasos de ellos; miraban descaradamente, sus enormes nalgas cuando caminaba. Se Respiraba un ambiente tenso, lleno de erotismo. -¿Podrías ir a la carnicería a traer más carne? –Me dijo Rolando, ronco de la excitación-. -También falta cerveza y vino. –Dijo Roberto-. -Mejor que vaya hasta el centro comercial. –Dijo Rogelio-. Faltan muchas cosas, tortillas, tomate, cebolla. -Pero, no sé manejar. –Repliqué, además, sabía que querían deshacerse de mí, y en la casa había de todo-. -Vete en el camión. –Me dijo Rolando-. No tardas más de dos horas. Aquí te esperamos. -Bueno. –Dije resignado, saliendo con una larga lista-. El camión tardaba en pasar. Así que tomé un taxi. El chofer me comentó, que conocía un supermercado, en el cual, encontraría todo lo que necesitaba. Al terminar, y ...