Alicia y sus cuñados 2
Fecha: 27/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ViejoPervertido69, Fuente: SexoSinTabues
... prevenir a mi esposa y a mi concuño-. ¡Ya llegué! ¿Suegra dónde está? Salió Rolando, sudando, de la recamara de mi esposa. -Hola. –me dijo Rolando, agitado-. La suegra salió de compras y me dejó encargado a los niños, ahora precisamente venía de echarle un ojo a Júnior. -No conseguí trabajo otra vez, creo que me iré a descansar un momento. En ese momento entraba mi suegra. Nos saludó y los deje charlando, mientras me dirigía a mi recamara. Al entrar, Alicia se había cambiado, se había puesto un short y una camiseta, y fingía dormir. En la noche cuando despertó Alicia, platicábamos. -¿No crees que deberías vestirte un poco más decente? cuando duermes en el día. –Le dije, tanteándola para ver su reacción-. Mira que ha veces Rolando entra a nuestro dormitorio, para acostar a su pequeño hijo. -A nuestro sobrino Júnior, -Me contestó radiante y feliz-. Lo sé, pero así duermo más cómoda, además, Rolando es muy caballeroso, jamás me miraría con otros ojos, que no sea el de su querida cuñadita. El es tan serio y tan propio, además esta profundamente enamorado de mi hermana… ¿Desconfías de él? -Por supuesto que no. –Le dije-. El es tan educado, tan cortés… Es más podrías estar desnuda, con las piernas abiertas y el sería incapaz de tocarte un solo cabello, es tan refinado. -Jaja –río con espontaneidad-. Te pasas, jaja. El siguiente día, Rolando sujetaba los tobillos de mi esposa, la cual, tenía sus piernas completamente abiertas y levantadas, mi concuño, machacaba su panocha con ...
... arrebato, y cuando estaba a punto de eyacular, brincó como un gato, hasta arrodillarse a un lado de la cabecita de mi mujer, escupió dos trallazos de mecos que se estrellaron en el rostro de mi señora, que desesperada, abría la boca para recibir tan preciado néctar de macho, Rolando impaciente le metía todo el rabo en la boquita de mi mujer, descargando el resto de la leche que salía a borbotones, directamente hasta su estomago. Por las contracciones de su pelvis calculo que recibió otros cuatro chisguetes de esperma, los cuales tragó con pasión. -Mi esposa nunca se rebajaría a mamarme la verga como tú. Me encanta como te tragas mi leche, no pensé que fueras tan caliente. –Le decía Rolando a mi esposa, ronco de la excitación-. Otro día, se vaciaba en las enormes tetas de mi mujer. Otro día, sobre sus paradas y blancas nalgas. Otro día, se vaciaba realizando un delicioso sesenta y nueve. Otro día, le embutía todos los mecos dentro de la panochita. -¡Qué ricas nalgas tienes mamacita!, -le decía Rolando, ronco de enardecimiento-, que panochita tan apretadita y tan caliente, me sacas toda la leche. ¡Toma, putita! ¡Tómala toda mamacita! ¡Ah, como te encanta la verga! Eres una cuñadita tan puta. Todos los días, Rolando y su mujer, iban a comer a casa de la suegra. Todos los días, mi concuño, mandaba a mi inocente suegra de compras al supermercado; y todos los malditos días, se cogía a mí querida esposa. En las reuniones familiares, Rolando aprovechaba cualquier oportunidad para sobar el ...