La cacería
Fecha: 25/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: mursiya, Fuente: CuentoRelatos
... estrangulado entre sus piernas que por la comida en sí.
Caí al suelo casi desmayado, Rebeca se había apiadado de mí y había soltado el nudo a tiempo antes de ahogarme del todo... o quizás no había tal compasión y quería darse el gusto de cazarme antes de matarme.
Jezabel estaba casi en éxtasis. Me habían dado tiempo de recuperar el aliento. Para no enfadar más a mis cazadoras decidí quedarme quieto en el suelo sin hacer nada.
-Ya está bien de rodeos, vamos al grano. Como dirían los toreros, hay que entrar a matar ya. Dijo Rebeca.
Al instante me desató las manos y cogiéndome del pelo me arrastró hasta la puerta del salón que daba a la calle.
-Empieza a correr hijo de perra... corre!!!
Había empezado e recobrar mi dignidad, me negaba a darles el placer de ser cazado como a un animal salvaje. Me encontraba de pie, en la explanada que había frente a la puerta del caserón, completamente desnudo, dolorido por los latigazos de ama Rebeca, hiciese lo que hiciese me iban a matar de igual forma, como a un perro...
Unos cascos de caballo resonaron a mi espalda, me gire justo al tiempo que un nuevo latigazo rasgaba mi espalda y hacia que cayese al suelo. No podía ser... mi diosa Jezabel montando un brioso corcel blanco era la que me había propinado tal latigazo... Se la veía encima de aquel caballo poderosa, se sentía fuerte encima de aquel animal... que bella estaba dominando con las riendas a aquel caballo.
-Si no quieres que te arranque la piel a tiras a ...
... latigazos empieza a correr todo lo que puedas perro, te estas ganando que no tengamos compasión de ti y alarguemos tu tormento bastardo!!!
No había terminado ama Jezabel de pronunciar estas palabras cuando descargo sobre mi otro tremendo latigazo. No tenía otra opción más que echar a correr y rezar porque mis dos diosas acabasen pronto conmigo y de la forma menos dolorosa. Pensé que si intentaba correr hasta la puerta de acceso a la finca alguien podría pasar antes de que me diesen caza y me prestase ayuda.
Eran casi cinco kilómetros de camino, pero no se me ocurría ninguna otra opción.
Comencé a correr como un loco por el camino. Un disparo resonó en la distancia y casi al mismo instante note el impacto de un proyectil en mi pierna derecha que me hizo caer al suelo. Estaba herido, por fortuna el proyectil era de pequeño calibre ya que la herida no era muy grande aunque dolorosa. Me incorpore y aunque con dificultad podía seguir corriendo. La pierna me dolía y sangraba, tenía que llegar como fuera al final del camino. Un segundo disparo rompió el silencio del lugar aunque en esta ocasión no me alcanzó. No me lo creía, estaba siendo cazado como una alimaña, me sentía acorralado, sin salida.
Un tercer disparo. Me acertaron en la misma pierna, ya no puedo correr. Me giro a ver que cazadora era la que me estaba disparando... Jezabel! Su figura se recortaba en el horizonte con el fusil todavía humeante entre sus manos. Estaba tremendamente sexy con el arma entre sus manos. ...