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La extraña vida de Suevia. Parte 2.
Fecha: 09/08/2017, Categorías: Lesbianas Autor: augusto orense, Fuente: RelatosEróticos
... alternaban para comerse las tetas, Vanessa chupaba los pezones oscuros y grandes de Suevia con y luego permitía que esta chupara sus redondos pechos con pequeños pezones rosados. Suevia hizo sentar a Vanessa en el borde del escritorio, le quito sus tacones y comenzó a comerse los pies de la mujer. Mientras Suevia se dedicaba a un pie, Vanessa usaba el otro para introducir sus dedos en la raja de Suevia y masturbarla. Vanessa se acostó en el escritorio, Suevia se monto sobre ella de lado contrario haciendo un 69 majestuoso. El culo grande y bamboleante de Suevia se estremecía sobre la boca de la portuguesa permitiéndole a esta última meter su lengua primero en la cuca y luego en el año de la morena alternando, dejando que los orgasmos múltiples de Suevia la mojaran toda. Antes Vanessa detestaba ver la celulitis del culo de Suevia, ahora su imagen sobre su cara la hacía estremecerse de perversidad. Agarraba las nalgas y las cacheteaba, las mordía y las arañaba con sus dedos. Suevia miraba acariciaba las piernas blancas y regordetas de Vanessa, de vez en cuando se inclinaba hacia adelante para lamer un pie, sin escuchar los gruñidos de Vanessa por alejar su vagina de su cara. La vagina rosada de Vanessa, brillante de sudor y flujo, había enrojecido de manera intensa. Suevia lamio y chupo metiendo su gruesa lengua en la gruta de la chica provocando que esta hiciera lo mismo con su vagina. Finalmente las dos mujeres llegaron a un orgasmo tan intenso tapando los gritos con la vagina de la otra. Después del orgasmo se acostaron una al lado de la otra en el alfombrado piso de la habitación, ambas mujeres se abrazaron y acariciaron cada centímetro de piel sin apenas hablar. Mientras Vanessa besaba tiernamente su cuello y acariciaba sus pezones Suevia intentaba entender su situación, cerraría la tienda ese día e iría a su casa a pensar y considerar su nuevo estado, y más importante, necesitaba dormir de verdad. Fin parte 2.