Me mojo de sólo recordar
Fecha: 19/12/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Hola, mi nombre es Michelle, tengo 25 años, y soy instructora de aerobics desde hace 5.
Quiero contarles una historia realmente cachonda. Esto sucedió hace 5 años precisamente.
En aquél entonces fui a tomar clases de aerobics a un gym que estaba cerca de mi casa; se me ocurrió esa idea después de que mi cuerpo comenzaba a perder su forma, es decir, no era una chava con un supercuerpazo, al menos no como el que tengo ahora, pues antes mis medidas eran 85 – 70 – 112, y actualmente tengo 90 – 60 – 95, así que se podrán imaginar la lujuria y el deseo que provoca mi cuerpo hoy día.
Pero les decía, se me ocurrió entrar a los cursos por esa razón, trabajando duro y siempre de pants, pues me daba pena mostrar mi cuerpo, lo que ya no; y allí, en el gym, conocí a una chica llamada María, que era la instructora; mi relación con ella se fue haciendo cada vez más y más fuerte, hasta el grado de ser grandes amigas.
Después de cuatro meses de estar haciendo ejercicio, noté que mi cuerpo cada día se estilizaba más, me sentía muy bien, y de hecho, la verdad, me veía buenísima.
Un día, María, me presentó a su novio, un chico guapísimo, de ojos verdes y un cuerpo atlético, y quién más podía tener un cuerpo así si no el instructor de pesas, y así era, él era el instructor de pesas y el encargado de la administración del gym.
Sinceramente les digo, era poseedor de unos brazos enormes, unas piernas bastante musculosas, y unas nalgas y pecho de campeonato, estaba riquísimo el ...
... condenado, y la verdad me gustó mucho, pero eso no era correcto, pues era el novio de mi amiga.
Después de varios días de vernos, sin cruzar palabra alguna, sentía que me moría por darle una mamada a su verga, que pensaba sería enorme, pero por mi falta de experiencia en esto del amor entre sábanas, pues era virgen, esa idea que cruzaba repetidamente por mi mente, se esfumaba, seguramente él está acostumbrado a que María se lo encamara y yo no le serviría ni para el arranque, pensaba; pero llegó un día en que María me dijo que si creía que el ejercicio cardiovascular no era bueno para bajar de peso y moldear el cuerpo, el buen sexo lo era; la verdad su comentario me dejó atónita, pues yo ya traía ganas de un buen tolete, aunado eso a mi deseo de bajar de peso.
Fue así como un día, María habló conmigo para pedirme que de favor la cubriera en su clase del siguiente día, ya que yo era su mejor alumna, la que se sabía las rutinas al derecho y al revés, y su amiga, pues ella y Esteban, así se llamaba él, cumplirían un año de noviazgo y él la había invitado a celebrar, por lo que ella no daría su clase de las 9 de la noche y él, al terminar de cerrar el local y ducharse, pasaría a recogerla a su casa, así que yo acepté.
Qué mejor oportunidad para lucir mi cuerpo que se había estado moldeando durante meses, así que decidí que esa tarde iría a comprar un conjunto de aerobics entallado para poder dar la clase a gusto, pues antes, como ya lo dije, usaba puro pants, así que fui a ...