La dependienta me quiso chantajear (IX) La boda - Relatos Eróticos

La dependienta me quiso chantajear (IX) La boda

... resaltaba su culo, pues llevaba un vestido oscuro, no llegaba a ser negro, pero con lunares grandes en color blanco hasta los tobillos, y unos zapatos a juego con el vestido, pues eran exactamente igual al vestido, y con algo de tacón, no muy alto pero si muy fino, el pelo suelto y sin mucho maquillaje, pero con algo en la cara que atrae pero a la vez repele, de esas que ante todo y todos se ven por encima, y por ultimo Ángela, uffffff, creo que me estaba enamorando o enganchando mucho a ella, pues me gustaba a rabiar, pamela roja, vestido también rojo, pegado y mucho a sus formas, y que formas, pero la parte de la falda era con vuelo, amplia y llegaba justo a las rodillas, medias beige con costura atrás y zapato de tacón súper fino también rojo como el vestido.

Como ya habían entrado todos menos Mó y yo las dos se acercaron hasta donde estábamos nosotros arrastrando con ellas a la suegra.

Maite que era la más lanzada o descarada hizo las presentaciones, y a mí como no sabia como presentarme lo hizo como si fuese novio de Mó, cosa que no me disgusto nada, y amigos íntimos de la novia, Irene le dio dos besos a Mó y después a mí, pero yo tome la iniciativa y se los di a ella y muy cerca de la comisura de los labios, tanto que la hizo ponerse roja, también bese a Maite y a Ángela pero a esta ultima como la suegra no miraba los dos besos se los di en los labios, escorando un poco la cabeza para no resultar muy descarado, y al retirarme vi que se había puesto del mismo ...

... color que el vestido que llevaba.

-Vais a entrar o queréis un café?

-Irene.-Vamos a entrar a oír misa y ver a la novia, que aun no la hemos visto.

Se notaba quien era la que mandaba en la familia, y quien tomaba las decisiones.

-Perfecto, Mó y yo vamos a tomar un café.

Las tres se metieron en la Iglesia, pero ni que decir que todos los tíos que allí estábamos presentes, incluido yo, seguimos con la mirada el culo de Ángela, aunque he de decir que yo también me fije en el de Irene, y como no ya pensaba en como meterla en el juego.

Mientras tomamos café y ante la insistencia de Mó le comente más o menos mis planes, que en el fondo no eran otros que terminar humillando al novio en su noche de bodas, y descubrirle cual seria su papel a partir de ese día.

Cuando terminamos de tomar el café el cual alargue lo que pude a fin de no tener que esperar mucho en la puerta, ya que aunque hacia un día esplendido si que hacia un poco de frío y más en Plaza Nueva, que hasta en verano hace fresquito.

Nada más llegar allí coincidimos con la salida de la gente y de los novios, y tras el arroz de rigor empezaron las felicitaciones a los novios, y aunque ya todos nos habíamos juntado en una esquina, todos menos Irene, que como allí había compañeros del novio, es decir empleados de su marido y a la vez de ella, pues se había quedado saludándoles, bueno yo diría que viendo como les prestaban pleitesía, y se le veía cómoda y satisfecha, y cada vez me gustaba más y hacia que me ...