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Mi estado de coma
Fecha: 15/12/2018, Categorías: Infidelidad Autor: angel18, Fuente: CuentoRelatos
... eso…” “¿De qué?” – pregunta Liz. “De que nadie ocupe esa cama” “¿De verdad? – es fácil descubrir en el tono de Liz cuando habla sonriendo -. ¡Sos un genio Javier!” Definitivamente el tuteo es ahora recíproco y permanente… y no se dan una idea de cuánto me molesta. “Sí – explica él -. Presenté un estado de situación solicitando que el paciente no esté acompañado en la pieza con el argumento de que así lo requiere su pronta recuperación” “Genial – acuerda ella -. ¿Tenés que quedarte esta noche?” “No – detecto un lamento en el tono de él -. Hoy no me toca… Por eso me gustaría saber si vas a necesitar algo” Una leve pausa se produce antes de que Liz responda. “De momento no… Je, ya bastante hiciste con conseguirme la cama disponible…” Otra vez se produce un silencio… ¿Qué es lo que no puedo ver? ¿Qué está pasando? ¿Detecto ligeros guiños cómplices en las palabras o es sólo una sensación mía? Permanecen hablando un rato. ¿Cuándo se va él? ¿Hay necesidad de que le cuente tanto ella sobre las cuestiones de su trabajo, los problemas de la oficina? ¿Y de que él le hable de las frustraciones amorosas recientes con un tono deliberadamente compungido que pretende, claramente, servir de señuelo para atraer a una mosca? Por fin se va… Hay un beso de despedida… No te irrites, Lucas, fue en la mejilla, se notó… Lo importante es que él se fue… En la habitación quedo sólo yo… y ella… como siempre debió ser… Como se suponía que iba a ser apenas tres días ...
... después del fatídico accidente que me había arrojado sobre una cama de hospital en coma cuatro… A propósito, ¿en qué estado estará mi cuerpo? No hay, desde ya, forma de saberlo… ¿Y qué si mi rostro ha quedado totalmente desfigurado y ella ya no quiere mirarme? ¿Podré caminar? ¿Y si he quedado impotente? ¿Cómo puedo estar seguro de que mi zona genital se mantiene indemne? Ella está recostada sobre la cama de al lado… pude darme cuenta del momento en que se echó sobre la misma por el crujido del material ya que, seguramente, no le han puesto sábanas considerando que, de acuerdo a las palabras dichas por el joven médico, no se espera paciente alguno para ocuparla… No está durmiendo a pesar de todo… Durante algún momento mira la televisión… A un volumen muy bajo para no molestar a los de otras habitaciones… En algún momento pueden identificar mis oídos que ha tomado su teléfono celular… y está marcando un número… Se producen unos segundos de suspenso una vez que sé que ha ya finalizado el marcado y aguarda una respuesta al otro lado… “Hola… ¿Gasti?… ¿Qué hacés bombón?” Ahora sí me siento profundamente irritado… Mi corazón late con fuerza; puedo oírlo, ¿cómo puede ser que nadie más lo advierta o que el resto de mi cuerpo no responda en consecuencia? Me viene a la cabeza aquel personaje de Poe que no podía creer que los demás no escucharan lo que él sí… Quiero crispar los puños… No puedo… Mis músculos tienen que despertar… Tienen que hacerlo ya… “Y… sí… yo también te extraño ...