Tarde de placeres
Fecha: 15/12/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Luisdub, Fuente: SexoSinTabues
... glande que parecía un champiñón, tanto por su color como por su forma, era un pene grueso de piel suave y caliente, me incliné hacia él para admirarlo mejor y entre caricias y besos lo fui engullendo, al principio fue tarea fácil, pero mientras más lo chupaba, mas crecía, hasta llegar al momento de convertirse en una tarea titánica. Por momentos levantaba mi vista y le miraba con los ojos en blanco, señal de que estaba yo haciendo un buen trabajo, se la chupé por un buen rato, me gustaba el sabor de los fluidos que emanaban de su miembro, me gustaba ese aroma a hombre, me excitaba sentir sus vellos púbicos rozar mis labios y mi delgado y largo cuello, a ratos lo sacaba de mi boca y lo acercaba a mis pechos, había descubierto un juego muy rico, subía la piel de su prepucio y encerraba en el uno de mis pezones, se sentía caliente, pegajoso y repito sus vellos púbicos rozando ahora mis pechos me tenía pisando los primeros orgasmos de aquella tarde. – Cristina estas olvidando algo – me dijo, tomo mi cabeza por detrás con su mano derecha, con la izquierda tomo su verga la levanto separándola de su escroto y dirigió mis labios hacia sus testículos, en ese momento tuve el primer orgasmo, me excitaba ser dominada, me gustaba que me dirija. – No te olvides, aquí quiero sentir tu lengua, sabes cómo adoro el calor y la suavidad de tus labios en esta parte – callada, seguí sus órdenes, lamia, chupaba y ...
... acariciaba como si de eso dependiera toda mi existencia, ahora alternaba entre su verga y sus testículos. – Me tienes flotando pequeña, ya no creo resistir más – me dijo entre gemidos y resoplidos. – Estoy a punto de venirme, quiero hacerlo en tu boca, prepárate – estaba a punto de terminar, llevaba más de treinta minutos en mi tarea y el fruto estaba por llegar. Recuerdo que las primeras veces no me gustaba sentir el sabor de su semen, me daba nauseas, pero en algún momento de estos encuentros prohibidos algo cambio y me volví adicta a él. Tomó mi cabello con fuerza y sentí latir fuerte el tronco de su verga, esta era la señal inequívoca que estaba a punto de derramarse en mi boca, me preparé para recibirlo, succione con fuerza y en segundos su glande expulso gran cantidad de ese líquido blanco, espeso y caliente, cerré los labios con fuerza para no dejar escapar una sola gota mientras le acariciaba con la lengua el frenillo y la punta del glande, para mi esta era la vida que él me daba a través de su semen, aquí tuve otro orgasmo, no sé qué disfrutaba más, el modo como me trataba, el darle placer o el morbo de poder ser descubiertos, me separé de su miembro ya flácido pero aun hermoso, me acomodé la ropa interior y la blusa y nos dirigimos a la ciudad, la tarde había sido intensamente excitante. Luis A. “Fusionadas la experiencia y la inocencia pueden ser una intensa mezcla de placer indescriptible”