El Motel - Relatos Eróticos

El Motel

Era el único sitio donde había encontrado habitaciones, el único lugar si no quería recorrer mas de 100 kilómetros. Solo le consolaba saber que era gratis, pero era lo mínimo que se podía esperar. No sabia que había pasado pero alguien la había cagado a lo grande y se había quedado sin habitación el primer día de congreso, en una ciudad pequeña repleta hasta arriba de turistas y gente de negocios que iban al congreso. Todos los principales hoteles de mayor categoría estaban a tope, que en aquella ciudad era fácil. El resto también.Así que tenia que conformarse con aquel motel barato, que tenia como única curiosidad, ser un antiguo palacete mal conservado.Tenia su encanto, tenia que reconocer que el lugar era de interés histórico. Pero estaba rodeado de las peores calles y cuando llego a él por la noche, se cruzo con varias fulanas en espera de clientes. No le extrañaría que fuese un lugar donde alquilaban habitaciones por horas para follar pagando.Pese ser la 1 de la noche, se encontró la puerta abierta. Un mostrador lleno de papeles junto a la puerta y un largo pasillo sin puertas, casi sin espacio para pasar, era todo lo que había como recepción. Tras el mostrador una puerta entreabierta, una mesa, y un señor muy mayor solo con calzoncillos.- Perdone tenia una habitación. - intento llamar la atención.El hombre sin ningún pudor salió, le pido el nombre y le entrego una llave sin mas comprobación.Su habitación estaba en el segundo piso, sencilla con cama de matrimonio y ...

... nada más. Olía a limpio y a madera vieja. No había ningún lavabo, ni vetar ni aseo. Salió de la habitación y rápidamente vio un cartel que indicaba donde estaban. Le había tocado un motel sin lavabos individuales. Tampoco lo iba a usar, demasiado, pero le gustaría darse una ducha al día siguiente.Salió por el pasillo que daba a un patio central. Muy bonito, con barandilla forjada y vista al cielo raso. Abajo un patio lleno de plantas y un pozo cerrado. Se fijo en el suelo de cerámica enrevesada que en otro tiempo sería de categoría. Estaba limpio, pero roto y desgastado.Encontró una puerta que debería ser el lavabo. Estaba completamente abierta y entró. El lugar era amplio, pero extraño. Justo a su lado tres picas para lavarse las manos, al fondo tras una pared tres vates individuales y a su izquierda una unica ducha y un banco, no muy diferente a lo que podría ser un gimnasio.Reviso el sitio. Tres pasillos daban a aquel lavabo, cada uno con tres puertas, ninguna sin cerrojo. Si te duchabas te exponías a que alguien entrara y te viera.Ahora entendía porque las puertas estaban completamente abiertas.Se fue a la habitación, era muy tarde. Y había sido una noche intensa. Sus jefes habían invitado a algunas azafatas siliconadas de la feria a cenar y a una pequeña fiesta privada. Hubieron toqueteos, y demasiada carne visible. Pero eran muchos hombres para tan pocas mujeres, y como muchos compañeros, se quedo caliente y sin pareja.No le importaba, el sexo de pago no le gustaba, y las ...