1. Familia sin tabúes (2) Pablo enverga a Hernesto


    Fecha: 14/12/2018, Categorías: Gays Autor: ZLAZKO-KAI, Fuente: CuentoRelatos

    ... follar la boca como un salvaje. De la follada tan violenta que me estaba dando en el boquino, sus huevos golpeaban continuamente en mi barbilla, me tenía loco de lujuria y el hijo de puta me llevaba hasta el límite. Al rato paró de joderme y me sacó el cipote, dejándome por toda la boca un sabor saladito y exquisito.
    
    Me apoyé con el pecho en la cama y puse el culo en pompa, como se puso mi hijo Luis en el video. Ya estaba preparado y deseoso de recibir el pollón de Pablo, así que se lo regalé por completo. Pablo solo me dijo, - Esto es lo que estaba esperando tito -
    
    Comenzó a follarme el ano como una bestia. Estaba tan caliente y lleno de lujuria, que sus manos me tocaban por todas partes. Me apretaba fuerte los pezones, después deslizaba sus manos por mi cintura hasta agarrarlas fuerte, mientras me punteaba sin cesar el ojete, y me clavaba hasta el fondo toda la polla. Disfrutaba mucho el muy cabrón, obligándome a tragar sin descanso su enorme y grueso cipote. Las embestidas eran criminales, y los movimientos brutales, pero ¡Que gustazo tíos! estaba en la gloría, y gozando como un guarro en una charca.
    
    Estuvimos así unos quince minutos. Luego me hizo darme la vuelta, y me tumbó boca arriba en el filo de la cama. Pablo se arrodilló en el suelo, colocando mis piernas sobre sus hombros, y me levantó el trasero para verme el boquete del culo bien abierto, y súper ansioso de más mete-saca. El niñato pudo ver con satisfacción, como me lo había dejado, abierto, enrojecido ...
    ... y totalmente destrozado por su pollón. Diez segundos duró el vistazo, cuando ya tenía de nuevo el ojete envergado, y bombeando nuevamente con la polla como un desesperado. No sé quién de los dos, jadeaba o gemía de placer más fuerte. Lo que sí te puedo decir, es que Pablo aceleraba el ritmo de las envergadas cada vez más, mientras sus manos levantaban aún más mis nalgas, y dejaba todo mi culo al aire.
    
    ¡Qué cara más guapa! ¡Que rostro más bonito y perfecto! Yo lo miraba extasiado, embelesado, fascinado por su hermosura, y veía perfectamente reflejado en su cara, que lo estaba disfrutando tanto como yo. Cuando se cansó de follarme en esa postura, me sacó la polla del ano y me tumbó boca abajo. Antes de poder reaccionar y elegir yo una nueva postura, Pablo me separó las piernas, y volvió a clavarme el cipote en el ojete hasta el fondo. No se agotaba el mamón, no se cansaba de follarme el trasero, una y otra vez, jodiendo y jodiendo. La verdad es que yo tampoco me cansaba de su polla, quería más y más, que no parar nunca de meterme el cipote, y que esa noche fuera eterna.
    
    Al cabo de un rato me puso de lado, para que de esta forma Pablo, a la vez que me follaba el culo también podía masturbarme la polla. Se aferraba fuertemente a mi polla con la mano, pajeándomela con energía y vigor. Yo sabía, que a ese ritmo que Pablo me sacudía tanto por delante como por detrás, no podría aguantarlo por mucho más tiempo, y del gustazo que me daba el niñato, notaba como la leche me hervía ...