Patas arriba (XI)
Fecha: 14/12/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos
... sincero, Mr. Mellors, Joel no nos dijo nada -contestó Ylian, que por lo visto aun siendo ruso domina perfectamente la etiqueta victoriana-, pero creo que sólo por su nombre puedo imaginarlo.
- ¿Cómo es eso posible, joven Ylian? -inquirió don William.
- Es sencillo, memoricé las listas de sobrevivientes del R.M.S. Titanic y entre ellos figura Mr. William John Mellors en segunda clase, de 19 años en el momento del hundimiento, además, embarcó en Southampton y se dirigía a Long Island, Nueva York, usted indicó que se llama igual que su padre, así que podría ser posible que usted sea hijo de este viajero.
- Veo que es usted todo un apasionado de todo lo relacionado con ese barco, memorizar la lista de sobrevivientes es algo que nunca había visto, pero sí, soy el hijo menor de William John Mellors, quien tenía 19 años al momento del accidente y, al igual que Joel, su padre y yo, nació en Chelsea, Londres. Vengan, jóvenes, sacaré los viejos álbumes de fotos en los que aparece mi padre con los otros sobrevivientes y las pocas fotos que pudo obtener del barco antes del hundimiento, muchas de estas no están dando vueltas en internet y es muy probable que sean las primeras personas fuera de la familia que ven estas fotos, porque mis dos hermanas mayores no quisieron tener ninguna relación con el tema y yo las he guardado como tesoro familiar, de hecho, las traje de Chelsea porque pensaba en heredarlas a mi hijo mayor, en memoria de mi padre y para que no se olvide lo que ...
... ha pasado la familia.
Pasamos toda la tarde en eso, a Joel e Ylian se les olvidó la piscina y cuando don William sacó las viejas fotos de su padre y pude ver el Titanic desde dentro, hasta a mí se me olvidó la piscina y el mundo. Nos volvió a la realidad mi móvil, era Iván preguntando si llegaríamos a cenar, le dijimos que sí y después de despedirnos y agradecer la hospitalidad de los Mellors salimos pitando para la casa de Ylian en el coche de mi papá Luis.
Aurora
Vaya, por fin me dejan narrar, que ya tenía ganas de contar cómo veo las cosas... bueno, que Iván y Ricardo estaban pensativos porque Ylian y Cami no llegaban a cenar, pero joder, es verano y vas a un chalé en la Sierra con piscina, como para no volver en un par de días.
Finalmente, los chicos llegaron y pudimos cenar, aunque cuando no nos miraban yo tuve mi propio aperitivo en la boca de Ester, pero bueno, es su culpa por llegar tarde.
Después de cenar y ver una peli cada quién a su casa, cada mochuelo a su hoyuelo, más que todo porque con Ricardo e Ylian la casa de Iván está petada, pero yo tenía otras ideas, no dejé a Ester irse con Cami a su edificio, sino que me la llevé a dar una vuelta, puede que hayan clausurado el Pacha, pero todavía hay sitios dónde salir por Madrid y no pensaba dejar títere con cabeza esta noche.
Teníamos ya un pedo del doce cuando amaneció y vimos salir de un bar a alguien que podría haber pasado desapercibido si no fuera por lo que iba gritando a los cuatro vientos: ...