Patas arriba (XI)
Fecha: 14/12/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos
Después de unos días con turbulencias varias, que incluyeron la Champions (divertido publicar el capítulo 11 al ganar la Undécima), me decidí a buscarle un hilo a la madeja de ideas para poder continuar, aquí está el resultado:
Patas Arriba XI
Ylian
Debo admitirlo, mi nuevo hermano Vanya y mi cuñado Ricardo me animaron bastante, no sólo en la tarde cuando me derrumbé al hablar con mi madre, sino también en la cena, Cami estaba más pendiente de sus amigas que de otra cosa y me sentí bastante fuera de lugar, pero Ricardo tiene un maravilloso don para no olvidarse de mí, todo el rato estaba pendiente de mi estado de ánimo y en cuanto notaba que yo estaba callado o distante de inmediato me hacía volver a la realidad y en casa es igual, sólo que en lugar de que me hable puede que de repente me abrace por detrás o simplemente me dé un beso en la mejilla cuando pasa. Ahora entiendo todavía mejor por qué Iván se enamoró de él, es un chico muy detallista y sensible, aunque a primera vista sólo parezca un niño bonito más del montón.
Pero la vida pasa y Cami me dio un buen consejo: empezar desde ahora todo el follón con la universidad y así que nos fuimos a hacer colas y pedir papeles para hacer más colas reuniendo todos los requisitos para convalidar las asignaturas que ya cursé en San Petersburgo, no quiero tener que repetir todo eso, especialmente porque hay una cosa de detesto de tener que ir a clases: que los profesores repitan como loros durante casi todas las clases ...
... de la asignatura cuando todos los alumnos entienden desde la primera hora de clase el Teorema de Pitágoras, no necesitas pasar todo el año repitiéndolo, ya es sabido desde el insti. No creo que pueda resistirlo más de lo que he hecho, no quisiera tener que volver a pasar por ese suplicio.
Cuando hacíamos cola en la secretaría de la facultad habían bastantes alumnos realizando diversos trámites y me llamó la atención un chico que esperaba fuera de lo que parecía el despacho de un profesor, era un chico que me atrajo como un imán: debía medir cuando menos 1,85, incluso era alto para mí, tenía el pelo un poco largo y negro como la noche, tal como me gusta, lo veía de perfil y podía ver que sus ojos eran color marrón, casi miel, un tono que nunca había visto, pero que me gustó mucho, sus brazos eran una verdadera escultura, con músculos muy marcados, me imaginé la de horas que debió matarse en el gym para tener esas venas tan gruesas y marcadas; por su ropa no podía intuir el resto de su cuerpo, pero supuse que no sería nada feo con lo que había visto, además, aún con el calor que empieza a sentirse en junio el chico no vestía de manera que se exhibiera, lo que en mi opinión significa que no es de esos que se matan en las máquinas sólo para presumir, me imaginé que le gustan los deportes y por eso tiene ese cuerpo...
- Joder, tío, te lo vas a comer con los ojos -Cami me hizo aterrizar de vuelta en la realidad-, es tu turno en la ventanilla, anda, que Joel no se irá a ningún ...