1. La virginidad de la sobrina de mi mujer


    Fecha: 08/08/2017, Categorías: Fetichismo Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... arriba. Sentada a mi lado y dándome la espalda, Ella comenzó a masturbarme de nuevo... La metió en la boca mientras la masturbaba... La metió hasta la garganta. Yo me moría por tocarle el chocho, pero la almeja era terreno prohibido. Lamió la cabeza y la chupó. Chupando la cabeza aceleró los movimientos de su mano... Echó saliva en la punta y le pegó a las tetas con ella, después, con la punta acarició areolas y pezones... Lamió desde las pelotas al glande, Lo chupó largo y tendido... Bajó lamiendo hasta las pelotas y me las volvió a lamer y chupar. Ella ya estaba gimiendo como si fuese la que se iba a correr. Lamió de abajo arriba... Lamio y chupó el glande, y después me dijo:
    
    -Levántate.
    
    Me puse de pie. Ella, agachada, me agarró las cachas y me chupó la polla más, más, y más aprisa... Al final, la avisé, le dije:
    
    -Me voy a correr.
    
    Ella, mamando, me respondió
    
    -¡Ummmf!
    
    Me corrí en su boca. Fue la mejor corrida de mi vida.
    
    Al acabar de tragar la leche, me dijo:
    
    -Sabe raro
    
    Yo, en aquel momento si la gloria fuera mía se la daría por comer su chocho y beber una corrida virginal. Me senté en el sillón, Ella, de pie, abriendo con dos dedos su pequeño chocho, lo miró, y me dijo:
    
    -Mira que mojada estoy.
    
    Estaba empapada, tanto que su jugo le bajaba por los dos muslos.
    
    Tenía que preguntárselo.
    
    -¿Me dejas probar tu jugo?
    
    -Prueba. Yo ya sé cómo sabe el tuyo.
    
    Se acercó a mí. Sin levantarme del sillón la cogí por la cintura y lamí su pequeño ...
    ... chocho. Ella, exclamó:
    
    .-¡¡¡Oooooh!!
    
    Le pregunté:
    
    -¿Quieres que siga hasta que tengas un orgasmo?
    
    -¡No, no, no, no, no, no quiero perder el control!
    
    Se sentó en el sillón y me preguntó:
    
    -¿Llegaría al orgasmo chupándome las tetas?
    
    -No sé. Puede.
    
    -¿Me las chupas?
    
    No me lo tuvo que preguntar dos veces. Fui a por sus tetas. Las toqué. Estaban duras como melones. Aquel era terreno sin explorar. Las magreé y pasé mi lengua por sus areolas donde tímidamente asomaban los pezones. Lamí con suavidad y chupé con ganas. Chupando, Ella, me puso un dedo en el mentón, me levantó la cabeza y me besó largamente. Su lengua, tan fresca, hacía que mi polla latiese como el corazón de un caballo desbocado, lástima que esta vez se fuese a quedar con las ganas. Me volvió llevar la cabeza a sus tetas, mamando, llevé una mano a su chocho mojado, me la apartó con la suya, me besó. Me lamió una oreja y me dijo:
    
    -Con la mano, no, con la lengua.
    
    Me arrodillé delante de la sobrina de mi mujer, ella abrió las piernas y se recostó hacia atrás en el sillón. Lamí los labios de su chocho y después la punta de mi lengua entró en terreno virginal. Su pequeño orificio se abría y se cerraba al contacto con la punta de la lengua. Gimiendo como una loca, me dijo:
    
    -¡¡Más, más adentro, más!! ¡Ay, qué voy a sentir mi primer orgasmo, ay que me viene! ¡¡¡¡Oooooh!!!
    
    Ella, gimiendo y retorciéndose de gusto, se corrió en mi boca, recibí como un regalo celestial aquel jugo calentito que fue ...