Como cada miércoles
Fecha: 22/03/2025,
Categorías:
Gays
Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
Como cada miércoles a las diez, Alejandro dio un beso a su mujer, cogió la basura y salió de su piso en dirección a los contenedores de la calle de al lado. O al menos, eso es lo que su mujer creía. Con la bolsa maloliente colgando a su costado bajó las escaleras con paso tranquilo, atento a cualquier vecino cotilla que pudiese salir de su casa en ese mismo instante. Nadie se asomó y nadie le vio continuar bajando, hasta el garaje y hasta la zona de servicio de su edificio, la zona donde estaba la salida de emergencia que daba directamente al callejón de atrás.
Abandonando la bolsa en el estrecho pasillo que daba a la salida de emergencias sacó su llave, copiada directamente del manojo de llaves del portero, y abrió con sumo cuidado. En teoría la puerta debería haber estado abierta, pero el miedo a los robos la mantenía siempre bien cerrada. Situación que le convenía, pues el pasillo quedaba sellado tanto desde dentro como desde fuera. Una cámara acorazada, un refugio seguro.
Como cada miércoles a las diez y diez, su vecino Simón tocó rápidamente a la puerta. Tres golpes rápidos y breves, dos golpes más, otros tres para terminar. Alejandro le abrió rápidamente y sus manos se lanzaron a por Simón que le recibió entre sus brazos. Ninguno de los dos reparó ya en el anillo de casado que adornaba la mano del otro, y por sus mentes ni siquiera asomó la idea de que, tan solo unos pisos más arriba, cinco y siete respectivamente, aguardaban sus esposas y familias.
La boca ...
... ávida de Simón capturó la de Alejandro que no tardó en morderse los labios para evitar gemir. Aunque la puerta se había cerrado tras ellos y se sentían a salvo ninguno quería arriesgar y ser descubiertos. Las manos grandes y ligeramente ásperas de Simón recorrieron su cuerpo sobre la ropa, tirando del jersey de punto hacia arriba hasta que consiguió arrancárselo. Alejandro se soltó el botón del vaquero y agarró la cintura del pantalón de tela que llevaba su vecino. Le gustaba su forma clásica de vestir, consideraba que le daba un aire clásico que casaba muy bien con su aura de maduro refinado.
Bajó el pantalón hasta las rodillas de Simón y cuando las manos del hombre le empujaron hacia abajo no dudó en hincarse de rodillas delante de él. Su boca salivó en anticipación y dirigiendo una rápida ojeada al rostro del maduro se metió su pene en la boca. No tenían demasiado tiempo y no querían desperdiciar ni un solo segundo. Simón acarició el pelo de Alejandro, cortado de forma informal y que le hacía aparentar más joven de los treinta que tenía en realidad. Moviendo sus caderas adelante y atrás le ayudó a tragar sus buenos diecinueve centímetros. Su pubis cubierto de vello donde ya asomaban las canas como una mayoría se acercaba y se alejaba de Alejandro cada vez más rápido mientras su pene crecía hasta llenar por completo el espacio en la garganta del hombre más joven.
Alejandro chupaba con avidez, intentando tragar todo el pene que le ofrecían y a la vez bajar sus vaqueros. ...