Karina y el pastor ingles
Fecha: 10/01/2025,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos
... cualquier otra chica fuera caminando por la calle con ese perro ni siquiera voltearían a verla y si ella fuera caminando con cualquier otro perro al perro ni lo voltearían a ver.
Karina
Parece tan altiva, tan soberbia, con ese aire de superioridad que denota en su mirada, pero creo que no es más que un escudo que tiene para enfrentar al mundo…
Es hermosa, un color de piel exquisito y su rostro, por dios si París perdió la razón por Helena ahora lo comprendo, su cara es la de una diosa aunque sus ojos siempre reflejan tristeza yo mismo iniciaría una guerra por ella.
Su rostro es seriedad y dureza, aparte de sonreír a Churchill ni una sonrisa o algo que pueda mostrar debilidad. Si supieras mi cielo (sí ya sé, apenas nos conocemos, pero me doy el permiso en silencio de llamarte así) que la sonrisa en tu rostro ilumina el mundo ya serias la monarca de todo.
Siempre sola, caminando por las calles con su fiel amigo, un pastor inglés enorme y hermoso que parece salido de una película para cuidar a su reina.
Algo en el ambiente cambió, de pronto el aire se puso más espeso, lo sentí en su mirada y en la forma que mordía sus labios cuando me miraba, yo no podía dejar de ver su boca, imaginar besarla, estaba tan cerca que podría hacerlo.
—Pasa te invito un café.
—¡Con gusto!
Al entrar vi un pequeño jardín que rodeaba al edificio principal, a la derecha un automóvil estacionado y una franja de pasto al final de la cochera que divide el espacio hasta el ...
... muro de la casa, a la izquierda otro pedazo de jardín y un tapete de yoga tirado sobre el césped, seguí a Karina por las losas de cemento entre las plantas y el césped.
Abrió la puerta de madera; una casa moderna de esas de enormes espacios abiertos y amplios como las que salen en las revistas.
Una sala totalmente amueblada era lo primero que mirabas al entrar, la pared izquierda de un tono gris oscuro iba desde la sala hasta la cocina ubicada al final del enorme espacio, los pisos blancos hacen juego con las demás paredes. Las escaleras flotantes están en la pared derecha e inician unos dos metros detrás de los sillones que delimitan la sala.
No llegamos a la cocina, me perdí en la profundidad de sus ojos, Karina y su embriagador aroma se acercaron demasiado al punto de sentir su calor corporal y encender el mío. La ola de electricidad me cruzó todo el cuerpo, la tomé entre mis brazos y besé su boca, un beso prolongado sin lengua ni manos recorriendo su cuerpo, solo dos bocas reconociendo nuevas sensaciones.
Luego sus ojos de nuevo, ardían y soñaban me tomó la mano y me deje guiar por los espacios de su casa limpia, pulcra, ordenada. La sala enorme con paredes altas de unos seis o siete metros y pintura clara, los sillones neutros con algunos toques de color en sus cojines, una pared enorme debajo de la escalera dedicada a jarrones artesanales, enfrente del sofá una enorme fotografía de ella envuelta de las caderas para abajo en unas sábanas blancas, su espalda ...