1. Mi tía se mudó a casa


    Fecha: 24/11/2024, Categorías: Incesto Autor: Hector MM, Fuente: CuentoRelatos

    ... vez, vi esa hermosa tanga azul, mojada con sus líquidos, me acerque, lo besé, lamí, chupe sin parar, sentía sus labios, su clítoris hinchado, deseando ser disfrutado; en tanto su mano me tenía bien agarrado, me masturbaba, jalaba y apretaba duro mi pene, sus dedos envolvían la cabeza, la acariciaban deliciosamente; jale su tanga, levantó su cuerpo, la baje por sus muslos, acariciándolos, besando cada uno de ellos, levante la mirada y se veía tan hermosa, tan sensual, tan ardiente, tan dispuesta; flexionó sus piernas, las abrió un poco, me invitaba a tenerla, a ser suyo, así que hundí mi cara entre sus piernas hasta perderme, comiendo, saboreando su vientre, sus vagina, sus labios, su clítoris, que en este momento eran todos míos; seguí lamiendo, no podía parar, hasta que ella, levantó mi cara con sus manos, se recostó y puso su cara, su boca frente a mi pene, lo tomó y estuve lo más cercano al paraíso, de lo que se puede estar, ella lo hacía tan delicioso, gemí y gemí de gozo, un placer interminable me daba con su deliciosa boca, con su lengua, sus labios se aferraban a disfrutar de mi miembro, -hay tía- repetía una y otra vez, -aguántate, no te vayas a venir- dijo, sólo pude gemir muy fuerte.
    
    Se levantó, abrí un cajón y tomó un condón, lo abrió y me ayudó a ponérmelo, -siéntate- me recargué en la pared, se arrodillo entre mis piernas y el ...
    ... cielo me cubrió, se sentó muy despacio, tomó mi pene, para colocarlo en la entrada de su deliciosa vagina, entró un poco, un poco más y se dejó caer toda, nos miramos, mientras sentía como me apretaba, empezó a moverse lentamente circularmente, subía, bajaba, despacio, rápido, me daba un placer infinito, tomaba sus senos, los apretaba, los sobaba, ponía sus manos con las mías evitando que las quitará, se tocaba el clitoris lo hacía fuertemente, tomó mi mano la puso ahí, -hazlo, no pares- se movía más y más, a veces lento o rápido; me veía y seguía, sus movimientos me tenían perdido de placer, gemia a cada momento, la besaba, lamia sus senos, la abrazaba para sentir su cuerpo, ese delicioso y maravilloso cuerpo, que me hacia gozar como nunca lo habia sentido.
    
    No sé cuánto tiempo me tuvo dentro de ella, cuánto tiempo estuve dentro de ella, varios minutos, pero los suficientes -tía, tía, huuuum- -vamos- me susurro sensualmente, mientras mordía y lamía mi oreja, solté todo, todo dentro de ella, la abrace, deseaba fundirme con ella, siguió moviéndose y unos instantes después gemía fuerte conmigo; se recargó, un momento, se levantó, me quitó el condón, acarició mi miembro, ve a tu cuarto rápido, -tía- -ya veremos otro día-, -anda, que no tarda tú papá.
    
    Se metió al baño, tomé mi ropa y me fui a mi cuarto; la vi pasar con su toalla blanca cuando salió. 
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